Ámame De Todos Modos (COMPLETA!)

6- Siempre traes la luz

Castiel era bisexual.

Eso significaba que le gustaban los hombres y las mujeres...

Y dijo que April sabía...

Y dijo que April estaba celosa de Dean...

Y si April estaba celosa de Dean porque Castiel era bisexual, tal vez era porque temía que Castiel encontrara encantador a Dean .

Dean se sonrojó de nuevo y se volvió hacia el parabrisas. Realmente necesitaba dejar de pensar en eso. Castiel siendo bi no tenía nada que ver con él...

¿O tal vez si tenía que ver?

Castiel miró a Dean. Había estado en silencio todo el viaje a la ciudad. Entrecerró los ojos ante la idea de que tal vez algo le estaba molestando. Algo que dijo Cas en la cabaña.

Tal vez esa última confesión que había hecho Castiel. Cas no quería profundizar en eso, de verdad. Pero el silencio y el rostro sonrojado de Dean lo estaban afectando.

Estacionaron al lado de una panadería cerrada, y antes de dejar el auto, Castiel se dio la vuelta para mirar a Dean:

—¿Te sientes bien? Estuviste en silencio todo el camino. 

Dean lo miró con ojos redondos. Castiel notó que se estaba sonrojando de nuevo:

—No, yo… yo solo estaba pensando en… cosas— Dean rió torpemente: —No tienes que preocuparte— Agitó la mano para disipar la conversación y salió del coche.

Castiel suspiró y lo siguió.

Había una multitud bloqueando toda la calle. Tenían pancartas y carteles y se estaban manifestado frente a la panadería. Gritaban exigiendo que les devolvieran sus trabajos.

Algunos de ellos estaban allí con sus familias.

Dean frunció el ceño ante la escena:

—¿Es esto una huelga contra la panadería?

—Lo sería si todavía estuviéramos empleados por ellos—dijo una de las mujeres mientras se acercaba a Dean, seguida por un hombre.

—Nos despidieron, 156 familias— explicó el hombre, señalando con las manos hacia el edificio. Pero entonces reconoció a Dean: —Espera, ¿no eres ese famoso CEO? ¿De Winchester Motors?

Castiel se colocó instintivamente entre la multitud y Dean. Pero Dean sonrió:

—Está bien— Los ojos verdes de Dean se posaron en un niño pequeño que lo miraba con asombro: —Voy a hacer algo estúpido, así que no me juzgues— susurró Dean al oído de Castiel.