8- El Salto

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AVISO: Este capítulo contiene escenas de sexo explícito. Si eres menor de 18 años NO LO LEAS!

Dean nunca había podido dormir en aviones desde aquel día. Siempre miraba a su alrededor a los otros pasajeros de primera clase durmiendo plácidamente y trataba de distraerse con las películas insípidas del repertorio de la aerolínea, o terminaba escuchando a Led Zeppelin o tratando de hacer algún papeleo.

Todo tenía que estar bien para que su cabeza no volviera irremediablemente a ese día. El día que su mundo se vino abajo.

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—¡Señoritos, por favor no corran por el pasillo!— gritó uno de los sirvientes mientras corría detrás de dos adolescentes a través de una mansión.


—¡No leeré otro libro! ¡Me gané el derecho a los videojuegos cuando aprobé todo!— dijo el mayor, quien se volvió hacia el pobre sirviente y su hermano más joven detrás de él con una sonrisa cuando, de repente, se estrelló contra alguien que estaba parado en la puerta principal.


—¡Lo siento!— el chico se disculpó. El hombre vestía uniforme de policía. 

—¿Eres Dean?— preguntó el policía. Bobby, el chofer, estaba al lado del oficial, con los ojos llenos de lágrimas contenidas.

—Sí, él es Dean, y ese es Sam— dijo Bobby, casi en un susurro.

El sirviente atrapó a Sam antes de que llegaran al pasillo, y se congelaron al ver al policía. Había otro oficial de policía afuera junto a una patrulla con luces intermitentes. Era una noche oscura y tormentosa. La lluvia caía a cántaros. De repente, Dean tuvo la sensación de que nada volvería a ser igual.

El policía al lado de Dean se inclinó y colocó una mano en su hombro. El hombre del uniforme lo miraba con tristeza en los ojos:

—Hubo un accidente en el aeropuerto. Alguien estrelló un camión contra el avión privado de tus padres. No sobrevivieron. 

El corazón de Dean se detuvo, al igual que el mundo a su alrededor. El trueno estalló con furia, pareciendo querer ocultar las palabras que decía este policía.


Así que recordó palabras como...  malo , cárcel , explosión . El trueno retumbó... una y otra vez...

—¿Que esta pasando?— preguntó Sam, detrás de él. Dean se dio la vuelta con ojos horrorizados. 

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Dean respiró hondo, el recuerdo asaltó su mente de nuevo. 

El Dr. Milton le había dado una explicación elegante sobre por qué su fobia a las tormentas había comenzado después del secuestro, pero Dean ya sabía por qué. Sabía la causa. Porque un asesino acabó con la vida de sus padres, al igual que Lucifer mató a esa mujer frente a él. Sí. Era pura lógica científica. 

Pero, ¿tenía cura?

Dean volvía a esa noche cada vez que aparecía una tormenta. Volvía a ese miedo de estar solo, solo en el mundo, desprotegido . 

¿Tenía que seguir viviendo con la idea de que la gente lo dejara solo, en la oscuridad?

Porque todos lo iban a dejar, algún día…

Ámame De Todos Modos (COMPLETA!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora