c.3

340 53 5
                                    

No sabía porqué mirarlo me hizo sentir tan extraña.
Me sacudí en un escalofrío mientras intentaba caminar lo más rápido posible a mi casa. Por eso no me gustaba mirar a la gente.

Ojalá Melody no esté durmiendo, así podía jugar con ella un rato y no sobrepensar esta situación. Fruncí el ceño al recordar que había dejado mi habitación hecha un desorden; me había quedado dormida en la mañana por lo que salí apurada.

De pronto la lluvia comenzó a ser cada vez más fuerte. Abrí mis ojos de sopetón tras eso y miré al frente, en cuestión de segundos ya me encontraba totalmente empapada.

Suspiré con pesadez. Podía correr a mi casa, pero me quedaban 4 cuadras aún. Tampoco sería la primera vez que llegaría totalmente mojada a mi casa. De todas formas me gustaba la lluvia, solo no me gustaba resfriarme.

Camine unos cuantos pasos hasta finalmente detenerme frente un semáforo. Las calles estaban algo solitarias hoy.

Miré hacia mi derecha al sentir un auto acercarse por ese lado.

Instantáneamente me arrepentí al ver al mismo chico de hace un rato, manejando. Quité mi mirada de inmediato, lo bueno es que no había logrado hacer contacto visual.

Podía cruzar en rojo, daba lo mismo, de todos modos no transitaba casi ningún auto. Pero por alguna razón, me perturbaba de sobremanera no seguir las normas públicas.

Pero apenas escuché la ventana de un auto bajar; bastó para que mi moral se me olvidara y cruzara la calle apresurada. A pesar de que el semáforo estaba en rojo y un auto se acercaba.

El auto que casi me atropella paso de largo, tocando la bocina estruendosamente. No me pudo importar menos, en otras situaciones estaría con un ataque al corazón en estos segundos, pero ahora lo único que quería era llegar a mi casa.

— Dobla. Dobla. Dobla. No sigas derecho— murmuré entre dientes mientras aceleraba aún más mi paso.

Quise maldecir en todos los idiomas cuando nuevamente sentí un auto acercarse.

— Hola.

Mordí mis labios con fuerza sin poder creer lo que estaba pasando. Ni siquiera miré. Solo me limité a seguir caminando como si nada.

— Disculpa, yo sé que es difícil que aceptes por desconfianza. Pero esta lloviendo mucho y si quieres puedo acercarte hasta dónde quieres llegar— su voz me recordaba a la exasperante angustia que sentía cada vez que despertaba de mis pesadillas por las noches.

Nuevamente, lo ignoré.

— Sun.

Me detuve en seco, totalmente anonadada.

— Disculpa, es que te vi en el colegio de mi hermana y escuché tu nom—.

— ¿Puedes dejar de seguirme?— espeté, mirando a sus ojos directamente. Podía sentir mis mejillas rojas de ira. Hasta mis oídos zumbaban por la fuerza de mi sangre circulando.

No entendía porque estaba en medio de un arranque de ira.

Su semblante se desfiguró por completo tras mis palabras.  Mirar su rostro me hizo sentir extraña, otra vez.

Como no moduló otra palabra, seguí caminando. Bastaron 2 pasos para sentirme como la peor persona del mundo.

Volteé hacia atrás y él seguía mirándome, sin avanzar. No se veía enojado o triste. No pude leer su rostro. Sin pensarlo mucho, comencé a correr lo más rápido que pude hasta llegar a mi casa.

Apenas cerré la puerta de entrada, rompí en llanto desconsolado. Lo peor era que no entendía porqué lloraba de esa manera.

pacify her ➳ jeon jungkook. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora