c.8

294 45 9
                                    

— Hola mamá— saludé feliz, yendo a abrazarla. La mejor parte de mi día era ver a mamá.

— Hola, Hae, ¿como estuvo tu día?— preguntó, devolviéndome el abrazo con cariño.

— Muy bien, tuve nota máxima en biología— sonreí.

A mi mamá se le iluminaron los ojos tras eso. Lo mejor de tener buenas notas era hacerla orgullosa, de otra forma no me importaría tenerlas.

— Felicidades, eres una maravilla— apretó una de mis mejillas con fuerza.

— Ay, no molestes— chillé mientras reía— espero que me siga yendo bien hasta terminar el año.

— Por supuesto que sí— de pronto comenzó a hurgar entre las bolsas que había dejado sobre el sofá hace un rato— te traje un regalo, he visto que te gusta mucho escribir y la libreta que tienes ya está algo gastada.

Mis ojos se iluminaron al ver la libreta rosa palo entre sus manos, sonreí abiertamente y miré sus ojos.

— ¡Muchas gracias!— chillé, yendo a abrazarla con ganas— muchas muchas gracias.

— No es nada, hija— envolvió sus brazos alrededor mío con cariño.

Casi nunca veía a mamá, siempre llegaba tarde a casa; y muy cansada. Desde que tengo memoria, se ha esforzado muchísimo para que nunca me falte nada. Además, su historia con mi papá es muy dura, y ella logró superar eso y seguir adelante.

Era mi heroína y ejemplo a seguir, esperaba con ansias el día cuando pueda devolverle todo lo que ha hecho por mí.

— Hornearé un queque— murmuré, dejando la libreta a un lado.

— Hornearemos— sonrió mi mamá, a lo que yo reí.

— Hola, Melody— fruncí el ceño mientras la miraba bajar de un árbol en medio del espeluznante bosque— ¿cómo llegaste aquí?

— La misma pregunta me hago contigo— contestó melodiosamente.

Inmediatamente grité, echándome para atrás.

— Shh, ¡silencio!— vociferó, corriendo hasta mí— harás que nos escuche.

— ¿Q-Qué?— tartamudeé, sintiendo mi ropa mojada de sudor y mi corazón queriendo salir de mi boca.

— No tienes que confiar, Hae— susurró, poco a poco clavando sus garras en mi cuello— la gente puede ser muy cruel, y tú no tienes porque envolverte en eso.

De pronto, sentí la piel de mi cuello ser desgarrada con brusquedad. Manchando el rostro de Melody con sangre espesa.

— ¡Mamá!— grité, sentándome en mi cama mientras tomaba mi cuello entre mis dos manos. Sentía que no podía respirar. Mi pelo estaba pegado a mi piel; se sentía pegajoso.

Abrí mis ojos entre las lagrimas y un pequeño alivio me invadió al ver que estaba en mi habitación.

Había sido otra pesadilla.

Sollocé mientras tocaba con desesperación mi cuello, intentando quitar la horrible sensación de ahogo que no me dejaba respirar.

— ¡Mamá!— grité por segunda vez, no entendía por qué aún no llegaba.

— ¿Hae?— oí la voz de mi mamá a lo lejos— ¿dónde estas?

Tragué saliva, limpiando mis lagrimas. Debía calmarme.

— E-En mi habitación— exclamé.

— ¿Hae?— la voz de mi mamá se escuchaba cada vez más angustiada, casi aterrada— Hae no veo nada.

— ¿Mamá?— hipé, sorbiendo mi nariz. Fruncí el ceño. No entendía lo que sucedía.

— Hae, hija, ¿dónde estás?— brinqué en mi lugar al oír un golpe estruendoso— por favor, ayúdame.

La voz de mi mamá se escuchaba totalmente aterrorizada. Mi estómago se retorció y mi pecho comenzó a dolor como si tuviese un cuchillo enterrado.

Otro golpe me sobresaltó, provocando un grito de susto en mí.

— ¡Basta! No golpees— chillé desesperada.

Eso solo lo empeoró, un golpe tras otro se oía desde abajo de mi habitación. Sentía que en cualquier momento una pared se iba a romper.

De pronto apareció Melody en mi habitación, cojeando y llena de sangre. Apenas caminaba. Ahogué un grito tras eso.

Un ruido ensordecedor interrumpió a Melody, lo que parecía ser una persona, se abalanzó contra ella y la estrujó entre sus manos.

— ¡Déjala!— chillé, echándome hacia atrás. Chocando contra la pared a mis espaldas.

Acto seguido vi como rompió su cuello. Sin piedad alguna.

El ruido de sus huesos romperse hizo que mi estómago se revolviera por completo y un pitido ensordecedor invadiera mis oídos por completo. Ni siquiera pude gritar tras eso.

Arrojó el cuerpo de Melody contra el suelo, para luego aplastarlo contra su pie derecho. Pude ver como sus órganos estallaron contra su boca.

Mi quijada temblaba con fuerza. Mi boca estaba abierta a más no poder. Ningún pensamiento recorría mi mente. No podía quitar mi mirada del cadaver de Melody.

Sangre espesa escurría de sus oídos, nariz y boca.

Finalmente quitó su pie del pequeño cuerpo de Melody.

Sin querer hacerlo, poco a poco subí mi mirada por el cuerpo de la persona frente mía.

Justo cuando iba a ver su rostro, vi todo negro.

— ¡Hae, por favor, despierta de una vez!— la voz de mi mamá con angustia me despertó por completo. Abrí mis ojos de golpe mientras mi cuerpo era sacudido entre sus manos.

— ¿Mamá?— murmuré en un hilo de voz.

— Dios, por fin despiertas— suspiró mientras enredaba sus brazos alrededor mío con angustia— llevas gritando por 5 minutos seguidos. Pero fue solo una pesadilla, Hae, tranquila.

Deje caer mi rostro contra el hombro de mi mamá, totalmente rendida.

Había sido otra pesadilla estupida. Ya no sabía cuánto iba a aguantar con esto.

pacify her ➳ jeon jungkook. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora