Más Cercanos | Killupika

#1 | Primer y último encuentro...?

Era una mañana tranquila y empezaba la segunda semana de clases en la preparatoria Isaac Netero. Killua se dirigía a su salón como de costumbre, cuando de repente escuchó esa voz.

—¡Ki-llu-a! —el chico con pelos de espárragos rodeó su brazo alrededor de su amigo.

—¡Gon! Me sorprendiste... —dijo avergonzado el peliblanco.

Gon había sido amigo de Killua desde la secundaria. Al principio Killua lo veía como un buen amigo, pero con el pasar del tiempo sus sentimientos se hicieron cada vez más fuertes. Cuando se dió cuenta de esto, quiso ver en Gon alguna oportunidad de que esto se pudiera convertir en algo más, pero rápidamente cedió y decidió reprimir sus sentimientos hacia su amigo, aunque claro, los sentimientos no desaparecen de la noche a la mañana.

Ambos se dirigieron a su salón a esperar la primera clase mientras jugaban free fire. La campana sonó y la primera hora era tutoría y luego matemáticas con la profesora Biscuit, Bisky para sus alumnos. Gon se había olvidado de hacer la tarea de matemáticas (lo que era casi habitual) así que Killua le pasó la suya, obviamente poniendo algunos errores para que no parezca tan obvio. Después de eso las clases transcurrieron con normalidad, la campana sonó y ambos salían de clases para ir al recreo como era costumbre.

—Oye Killua... —juntó sus dedos índices. —Hoy quiero que almorcemos con unos amigos que hice.

—¿Eh? —expresó sorprendido. —¿Amigos? ¿Cuándo los hiciste?

—Bueno, uno lo conocí en las vacaciones y el otro aquí.

—¿Por qué de repente quieres que conozca a tus amigos? —dijo desconcertado. —Nunca hiciste eso.

A Killua lo tomó desprevenido, ya que Gon nunca le había sugerido conocer a otras amistades suyas ya que los amigos que tenía el moreno duraban apenas una semana y después pasaban a ser solo "amigos que saluda en los pasillos".

—¡Ellos son buenos! Seguro te van a agradar tanto como a mí.

—No lo sé, sabes que no soy bueno en relacionarme con los demás...

—Por favor Killua, hazlo por mí, ¿Sí? —el moreno juntó sus manos y puso ojos de perrito, Gon sabía que Killua no se podía negar a ese gesto.

«Maldición, sabe que no puedo rechazarlo» pensó Killua apretando el puño por la ternura de su amigo. —Está bien, los conoceré.

—¡Si! —dió un pequeño salto. —¿Qué esperas? ¡Vamos!

—Sí, sí.

Ambos muchachos se dirigieron hacía el patio donde almorzarían con los nuevos amigos de Gon mientras platicaban.

—Leorio es alto, muy alto, ¡Siempre me alza y me hace girar en el aire!

—¿Acaso es tu papá? —dijo burlón el ojiazul mientras revolvía el cabello de su amigo.

—No, tonto —rió Gon. —Ah, y el amigo de Leorio se llama...

—¡Gon! —gritó un chico bastante alto el nombre del pelopincho. —¡Ven aquí!

—Oh, ¡Killua, ahí están! —apuntó a los dos chicos que se encontraban en la pared del patio.

Gon fue corriendo hacía ellos y Killua le siguió el ritmo, al llegar hacia ellos el más alto alzó a Gon.

—¿Cómo estuvo tu fin de semana, campeón?

—¡Me la pasé bien!

-—Leorio bájalo, no tiene 10 años.

—¡No pasa nada Kurapika!

Mientras el amigo de Gon lo hacía girar, Killua quedó en segundo plano viendo la hermosa escena que hizo que casi se le salgan los ojos de sus cuencas. Pero después de unos segundos, el chico más alto se percató de la presencia del niño que estaba mirándolos.