4. Sombras ☆

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—¿Te pasa algo?—me exalté al escuchar las palabras de mi mejor amigo en el asiento delante del mío

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—¿Te pasa algo?—me exalté al escuchar las palabras de mi mejor amigo en el asiento delante del mío.

—¿Por qué lo dices?

—No estás dibujando y tampoco te veo escribiendo—volteó la cabeza hacia mí.— Eso sólo sucede una vez cada mil años cuando te sientes mal por algo—. Odio que me conozca tan bien.

No es que me sintiera mal, es que no podía dejar de pensar en lo que había vivido durante aquella madrugada llena de magia, la cual aunque siempre quise que lo fuera, nunca esperé que pasaría en verdad.

—¿En serio te sientes mal?— Soul puso sus manos sobre mi asiento y viéndome directo a los ojos.

—Ah nada, sólo que no dormí bien y eso me anda sin energías—mentí, aunque Dracono no lo prohibió, sé que lo mejor es no contarle a mis amigos. A veces es mejor que no sepan tanta información para que no pasen por ningún peligro.

—Mentiroso.— De nuevo habló Nathe.

—Si te volvieron a molestar...— Soul de nuevo quiso sacar algo de información sin embargo le interrumpí.

—¡Ya les dije que...!— pero no me percaté que tenía la vista del profesor y de todos los demás sobre nosotros. Nos quedamos callados durante todas las demás horas para evitar que nos sacaran de la clase.

⭐️✨️⭐️🌟

El castigo diario terminó y ahí estábamos de nuevo frente al mismo lugar donde la magia empezó. El día pasó de forma "normal", me levanté, saludé a mi familia y me fuí al colegio, Soul llegó extremadamente temprano y casi se atraganta con comida por no haber desayunado por "no haber tenido tiempo", Nathe llegó igual de tarde que siempre. Esos dos molestándome al igual que siempre y provocando que los demás también, aunque nunca me había percatado que son un dolor de cabeza, nunca había contado cuántas veces en un sólo día existían para fregarme la vida.

Pero en fin, aunque sean cosas que pasa una persona normal, cosas que hago y veo diario, no puedo evitar sentirme diferente, incluso Nathe conociéndome de años lo siente así. Así fue como terminamos en el parque, mi amigo diciendo que aún me siento mal por el día anterior y nuestro nuevo amigo también ayudando a animar, lo bueno es que ambos ya saben que me gusta el helado, no tuvieron problemas con dejarme abandonado mientras lo iban a comprar.

De nuevo sentado en la fuente me quedé pensando en las palabras de mi poder:

《Tus armas no podrán dañar a nada ni a nadie que tu corazón no quiera que sea dañado...》

No las entendía...¿Puedo dañar a quien sea con mis armas?

—No puedes contarle a tus amigos...— escuché la voz conocida y volteé por un momento.

—¡¿Qué haces?! Alguien puede verte.

—Sólo los emblemas pueden verme ahora. Si alguien ve, no será a más que a un niño loco hablando solo— sentí como si se estuviera burlando de mí.

La vida de los héroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora