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H.24
Off es un verdadero hijo de puta y un corrupto, pero a pesar de todo... es humano y aunque todos digan que es un ser despreciable que solo piensa con lo que le cuelga entre las piernas, él, también tiene sentimientos y al parecer...
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—Oye Bitch... gracias. ¡Joder!
Fueron las palabras que me medio grito y medio gimió Tay al llamarme el día de ayer. Supuse que estaba en plena faena, por eso no devolví la llamada, además yo estaba en las mismas.
Hace cinco minutos me dijo que estaba aparcando, así que estoy ansioso porque llegue y me cuente el porqué de su llamada.
—Buenos días Off. — Es fin de semana, pero tenemos algo de trabajo. Así que previamente habíamos acordado trabajar unas horas.
—¡Mierda! ¿y a ti qué diablos te pasó? —Las fachas de mi amigo, dejan mucho que desear.
—New me pasó. Y no es una queja, no me malentiendas. —Una sonrisa, es lo único que puedo dedicarle.
—Diablos, ¿las hormonas?
—Otra vez.
—¿Si entiende que ya casi tienes cincuenta? ¿Cuántos hijos más piensan tener?
—Pues los que él quiera, mientras podamos mantenerlos. Tampoco es que puedas darme consejos al respecto. Te recuerdo que tú ahora tienes cuatro. —Pues tiene toda la puta razón.
—Solo porque tuvimos gemelos. Y no pienso tener uno más, casi no tengo tiempo a solas con Gun... Pero ya, mejor dime por qué llamaste para agradecerme. —tener gemelos es agotador.
—Por el video.
—¿Qué video?
—Mira, como bien sabes, los fines de semana Nanon se queda en casa de su abuela y esta vez Frank y Pluem avisaron que, saliendo de la universidad, irían directamente para allá, a visitarla y pasar el fin de semana, así que New me pidió acompañarlo al centro comercial, a una tienda de antigüedades, en la que además aún venden películas viejas en formato VHS. Ya sabes que a mi esposo le apasiona el cine y siempre disfruta mucho de ver películas antiguas, incluso las de rollo. La cosa es que eligió un par de películas, pero no quedó contento al no conseguir una que en específico pensaba adquirir. Así que un poco apagado, al volver, entró en casa y se dirigió a su sala de cine y entonces lo escuché gritar como loco.
—¿Qué había sucedido?
—Pues que, entre la correspondencia, había recibido el sobre que enviaste.
—¿De qué hablas? —Yo no envié ningún sobre.
—Pues del video clandestino de hace más de veinte años, que grabaron de New y de mí, follando. —Mierda, ese video que tantas pajas le regalo a First.
—No fui yo. First se deshizo de él. —hasta donde supe.
—Pues no lo hizo y lo enviaste en un sobre, tenía tu dire-
—¡Gun! —ambos gritamos al unísono.
—Ahora entiendo tus fachas. —realmente me da risa.
—New enloqueció cuando puso la película y se proyectó la imagen en formato blanco y negro. Nos vio en pantalla gigante teniendo sexo y no me dio un respiro en toda la noche.
