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La lluvia golpeaba afuera mientras Mina miraba por la ventana. Estaba sentada en su clase de Biología y apenas escuchaba lo que fuera que decía el profesor. Tal vez si ponía atención podría hacerlo bien en la prueba que iban a tener a la mañana siguiente, pero a la pelinegra no le importaba. Realmente sentía que sus esfuerzos eran inútiles y que no tenía mucho sentido hacer nada.

Continuó viendo caer la lluvia mientras la voz del profesor se oía de fondo. Sus ojos color caramelo parecían distantes. Aunque estaba físicamente en la habitación, mentalmente, estaba de regreso en casa pensando en el encuentro que había tenido con su madre la noche anterior. Ella suspiró profundamente, la culpa la devoraba al saber que le traía a su madre una cantidad excesiva de estrés. No era justo. Mina sabía que tenía que estar más agradecida con ella, después de todo, era la única familia que le quedaba.

"Recuerden que la prueba comienza a las 9 am, así que asegúrense de llegar temprano". Mina escuchó a su profesor decir e instantáneamente volvió en sí.

A su alrededor, los estudiantes estaban guardando sus cosas y comenzaban a dirigirse hacia la puerta. Mina concluyó que la clase había terminado, soltó un suspiro de alivio mientras seguía a la pequeña multitud de personas que salían.

Salió del aula, caminando por el pasillo. Su teléfono en su bolsillo izquierdo comenzó a sonar. Metió una mano para sacarlo, mirando el identificador de llamadas vio que era Eunbi, ya sabía para qué la estaba llamando, así que decidió ignorarla. Simplemente no estaba de humor para estar rodeada de gente en este momento.

Su teléfono sonó de nuevo y Mina siguió caminando, fingiendo no escucharlo mientras se abría paso entre las personas que quedaban en los pasillos.

En el segundo en que salió, el aguacero la golpeó.

Viviendo en una ciudad como Appleton, uno pensaría que cualquier persona sabía que debía tener un paraguas a mano siempre. Pero este no era el caso de Mina. Constantemente se mojaba ya que los fuertes aguaceros de la ciudad siempre la tomaban desprevenida. Sin embargo, sin importar la frecuencia con la que ocurriera, simplemente no podía molestarse en estar preparada.

El campus comenzaba a escasear a esta hora del día. No muchas personas tomaban clases nocturnas, la mayoría de los estudiantes preferían tener su última clase por la tarde para tener el resto del día para ellos. Sin embargo, a Mina no le importaba; cualquier cosa para mantenerla fuera de su casa y la mirada atenta de su madre era lo suficientemente buena para ella.

Ahora estaba en el estacionamiento principal del campus, ubicó su auto en su espacio de estacionamiento habitual. Entró, abrochándose el cinturón de seguridad antes de salir del estacionamiento. No se dirigió a casa, sino que condujo hasta el aparcamiento más desierto del campus: el de la biblioteca. Casi nadie usaba ese estacionamiento, ella venía cuando quería que la dejaran sola. Haciendo una revisión rápida para asegurarse de que no hubiera nadie a su alrededor, la menor metió la mano en su mochila, que había colocado en el asiento del pasajero, y sacó un cigarrillo.

En ese momento su teléfono sonó, sorprendiéndola. Ella miró hacia abajo para ver que era un mensaje de Eunbi preguntándole dónde estaba e informándole que iban a fumar en su lugar habitual en el bosque detrás del Colegio.

La chica ignoró completamente el mensaje de texto y encendió el cigarrillo mientras inhalaba profundamente. Bajó el cigarro un par de veces más mientras sentía que su cabeza se mareaba y las tensiones que estaban constantemente en todo su cuerpo comenzaban a disminuir. Al instante se sintió más relajada.

Mina se quedó en el estacionamiento de la biblioteca fumando, escuchando la lluvia afuera y sintiéndose cada vez más mareada. Sus párpados comenzaron a sentirse pesados, un efecto secundario de estar drogada tan rápido. La pelinegra tiró el cigarrillo a un lado antes de cerrar los ojos y quedarse dormida.

ODD FRONT - MINAYEONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora