Un Café en el Planeta Tierra

Contacto Humano

Ya era capaz de entender lo que la gente decía. De hecho, se dio cuenta que ya hablaban de él. El meteorito caído que tanto mencionaban, era específicamente su nave y su desastrosa llegada a la tierra. Había obtenido tres puntos claves: lo que para él era el K3, era llamado planeta tierra; su especie habitante era el ser humano, y uno que otro roedor terrestre y otros con alas; y por último, él era considerado un extraterrestre.

Pero no todo estaba resuelto, el visitante tenía que resolver el cuestionable material que la tierra expulsaba, y quería conocer más a fondo cómo funcionaban las moléculas que componían todo el entorno de esos sacos multicelulares rellenos de agua, que se hacían llamar humanos. Así que la mejor forma de lograrlo era siguiendo los pasos de esta especie acelerada, pasos que lo llevaron a un establecimiento con un gran letrero que leía: CAFÉ. Como algo normal y casual, se acercó a una bella dama de pelo rubio ondulado, que emanaba un exquisito aroma dulce. No dudó en estrenar su nueva voz y dotes adquiridos. 

¿Qué es eso? - Preguntó señalando con sus nuevas manos las monedas que tenía la fémina para pagar su desayuno. 

¿Te refieres al dinero? - Respondió muy extrañada e intimidada. 

¿Qué clase de materia es esa y para qué sirve? - Volvió a preguntar. 

La chica, sin verificar si su orden estaba correcta, salió corriendo sin mirar atrás. Algo andaba mal. Así que no le quedó más remedio que utilizar sus dones espaciales. Se mantuvo al lado de una línea que todos seguían para obtener algo llamado "comida", y esperó a la persona indicada. De repente, sucedió. Allí estaba la indicada, y aunque no era exactamente de su misma especie, la atracción fue inevitable. Se acercó a ella y, con un dedo, tocó su frente. La chica cerró sus ojos por cinco segundos, para luego abrirlos y dedicarle una bella sonrisa al 'extraterrestre'. 

- Hola, me gustaría hablar contigo sobre tu especie y el planeta donde vives. - Soltó el extraterrestre sin pensar. 

- ¡Claro! - Respondió amablemente la chica. - ¿Qué te parece un café?