Carta

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Sé que debes de encontrarte ocupado, no pretendo robarte mucho de tu tiempo tampoco, sólo quería aprovechar esta oportunidad para enviarte una carta por la simple razón de que Naruto también lo hará y así tengo más certeza de que recibirás esto, es decir, que mis palabras no son en vano porque al final sí llegarán a tu mano.

No pienses que estoy por darte malas noticias, ¡por el contrario!, quería darte buenas noticias. A Sarada le va de maravilla en la academia, mi trabajo va de mejor en mejor y te sorprendería la cantidad de avances que han azotado la aldea ya que no hay guerras por las cuales preocuparse. Sé que debes estar enterado, pero a diferencia de mí no estarás acostumbrado a ello porque pasas la mayor parte del tiempo como un nómada, yo sin embargo no dejo de sorprenderme, incluso cuando hay muchos avances en los que yo contribuyo directa o indirectamente.

En fin, la verdad la aldea se siente como un lugar muy nuevo, pero sigue sintiéndose como casa. Al menos sé que nuestra Sarada de tan sólo siete años puede considerar como un hogar a esta aldea, lo que me resulta gratificante y un enorme alivio. Sarada está creciendo en este nuevo mundo que hemos construido para ella así como para muchos otros niños, así como para muchas otras personas que sufrieron los estragos de las guerras de un pasado no tan distante como nos habría gustado. Lamento si le estoy poniendo muy reflexiva y melancólica, hoy un niño me ha dejado un dibujo en el consultario tras contarme que sus padres fueron asesinados por unos maleantes y no he podido dejar de pensar en ello.

Con esto intento decir que es duro. Sólo eso. Sabes bien lo que opino al respecto, ningún niño debería pasar por algo así y tú mejor que nadie lo sabe, pero me alegra que ahora exista la forma de ayudar a estos niños e impedir que tomen un mal camino. Siento que ese es el mejor avance que se ha podido tener, y aun así, temo por todos aquellos que no llegaron nunca a ser abrazados por su gente.

Lo lamento, no debería contarte esto, pero me haces falta, sé que nunca has sido de consolarme abiertamente ni yo de romperme en llanto en tus brazos —al menos no es algo que acostumbraramos a hacer—, ni tampoco estoy ahora buscando que vengas hasta acá para abrazarme porque, no es eso lo que busco, pero desahogarme en cuanto a aquellas inquietudes que rondan mi cabeza, en especial esas que me hacen preguntarme si tú te sientes satisfecho con esto que se ha conseguido como sociedad a pesar las altas y bajas.

Bueno, supongo que tu respuesta es obvia, no existe una auténtica paz y la única forma de que te puedas sentir pleno es yendo de un lado a otro por el mapa buscando exterminar un sinfín de amenazas para que en la aldea todos podamos dormir tranquilos. Tampoco es que te vea como un tipo familiar ¿sabes?, podré haberte idealizado en algún punto de mi vida pero te conozco a la perfección, nos amas, pero hay cosas que pesan mucho más, las heridas del pasado aunque son ahora sólo cicatrices siguen siendo una carga inmensa por sobrellevar. Es una pena que incluso si me las compartes, sigues llevando la mayor parte por tu cuenta.

A veces me pongo a pensar en lo difícil que debe de ser para ti, y me duele. Por Sarada me duele porque es mi hija, mi sangre y la he visto llorar por ti, pero me dueles tú porque aunque no te veo llorar por nosotras, entiendo lo mucho que te debe de frustrar no poder haber estado ahí para verla crecer. No es que me prometieras permanecer a mi lado, ni mucho menos prometiste que llegaríamos a criar juntos a Sarada, pero sí sé que a ti mismo sí te hiciste una promesa similar, no permitir que ella sufra lo que tú, y lo triste de eso es que, aunque significa poder protegerla desde las sombras, también quiere decir que le creas en su vida el mismo dolor que por tanto golpeó la tuya. Una ausencia.

Pero está bien, sé que tarde o temprano todo esto acabará. Sabes que te amo y no trato de culparte de nada, sólo que te extraño y a veces me pongo a decir tonterías porque... No lo sé, supongo que me hace falta a alguien que sólo se quede a mi lado a oírme diciendo cualquier cosa para después llamarme molesta por estar tomándole del pelo. En momentos así me gusta imaginar que seguimos en un largo e indefinido viaje con una pequeña Sarada que, no tengo dudas, te habría hecho sonreír cada día de tu vida.

Te amamos Sasuke, y quiero que sepas que a pesar de todo tu ausencia se siente, eres un miembro muy importante, especial e irreemplazable en este hogar.

Atentamente: Sakura Uchiha.




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⏰ Última actualización: Jan 05, 2023 ⏰

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