Capítulo 1: Inevitable

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Disclaimer: Spy x Family no me pertenece. Las imágenes empleadas en esta historia no son de mi autoría.

Aclaraciones: | Universo Canon de Spy x Family | Twiyor | Twilight x Yor Briar | Rated K+ | Romance - Hurt/Comfort | En medio de la Operación Strix |

Esta historia está dedicada en su totalidad a PireBh, con motivo de su cumpleaños y me permitió compartirla ✨

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Capítulo 1: Inevitable

Twilight exhaló profusamente, juntando su espalda lo máximo posible contra la pared rugosa del callejón en el que se mantuvo, a fin de desviar a sus atacantes y tomar un respiro. Nuevamente tenía que hablar con su jefa sobre la extenuante carga laboral a la cual es expuesto, como si la Operación Strix no fuese lo suficientemente demandante para mantenerlo alerta las veinticuatro horas del día de lunes a domingo. Aun así, le encargaban misiones adicionales, de corte más táctico y que no le duraban meses, definitivamente, pero algunas podían implicar un mayor esfuerzo por evitar que salieran de control.

Como su personaje, Loid recordó que, efectivamente, la Operación Strix estaba convirtiéndose en la misión más larga en todo su tiempo como espía. Llevaba viviendo con su familia falsa durante más de año y medio, siendo el avance bastante reducido, si lo comparaba con otros operativos, pero algo dentro de sí le decía que estaba por alargarse un poco más. Ello, lejos de parecerle limitante, cansado y agobiante como le resultó los primeros meses, ahora lo veía como un plazo adicional para disfrutar de esos momentos familiares que estaba guardando consigo y también, poco a poco, desapegarse de ese lazo emocional que inevitablemente había diagnosticado que se forjó en todo ese tiempo, pero que, de igual forma, negaría ante todos.

Cargó la pistola nuevamente, tratando de despejar de sí la fotografía mental de Anya y Yor sonriéndole. No sabía desde cuándo con exactitud, solo supo que, desde hace unos meses, siendo ese falso psiquiatra que continuaba encandilando en el hospital, estaba casi diagnosticándose a sí mismo como alguien que disfrutaba ahora de los paseos y comidas en familia, de los abrazos y travesuras de una hija que no le seguía pareciendo falsa y de las conversaciones y sonrisas de su esposa que, si bien era falsa, no lo parecía en el sentido estricto. Es decir, un simple diagnóstico de persona normal con una vida normal, y he ahí el problema.

—¡Aquí estabas, miserable! —tan pronto como habló el robusto sujeto que lo halló, el sonido del gatillo irrumpió el panorama, escuchándose también la caída estrepitosa del cuerpo sin vida.

Twilight no tenía por qué ser una persona normal, teniendo esa profesión.

Salió del callejón, dando frente al fin. Solo tenía que acabar con esos infiltrados de Westalis, contabilizó seis sujetos, frustró el robo informático hace unas horas y solo le faltaba acabar con dos. Informó con solo una seña al observador de la misión que debía retirar los cuerpos con mucha cautela. Loid giró rápidamente sobre sus talones al escuchar unos ruidos sospechosos doblando la calle y se percató de manera dolorosa de la herida ocasionada en su primer enfrentamiento, producida por un ataque traicionero y una ligera distracción. Vio con desinterés el corte superficial, pero escandaloso, que estaba en la parte baja de su cintura, cubriendo de rojo esa zona de su camisa y un poco del saco verde habitual.

Debía acabar pronto con ese juego del gato y el ratón con sus enemigos, solo así podría llegar rápido a casa, deshacerse de la camisa y lavar el saco, sin dar mayor explicación. Más bien, ocultando la información, especialmente a Yor, algo que le estaba resultando cada vez más difícil con el pasar de los meses, y no porque la pelinegra sea preguntona o entrometida e incisiva con sus preguntas, sino porque ella se preocupaba de una manera tan genuina las veces que lo pescó con una herida, resultándole hasta doloroso el hecho de mentirle mirándola a la cara, mucho más que cualquier lesión física. El bonito rostro femenino teñido de intranquilidad e ingenuidad a la vez cuando tiene que inventarse la más burda excusa, definitivamente, le causaba desasosiego al rubio en cuanto su esposa terminaba por creerle, hecho que ahora no comprendía. Desde sus primeros años mintió a muchas mujeres a fin de cumplir con sus objetivos, no eran malas personas (la mayoría), pero nunca había sentido tal pesar.

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