Capitulo seis.

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Mi algodón de azúcar se quedo pegado en mi labio cuando deje mi boca abierta de la sorpresa.

-No. Puede. Ser-escuché a Finn detrás de mí.

Esa no podía ser Maddie... ¿O sí?

Para comprender mejor, yo conocía a Maddie como una muchacha simple, reservada en el sentido de que cuando se vestía siempre lo hacía de buen modo. Era algo tímida y casi siempre la encuentras sentada debajo de un árbol leyendo un libro. Y sí estaba obsesionada con Nat, digamos que ella no era buena disimulando. La última vez que la vi, yo estaba caminando con Nat y la encontré mirándolo atentamente con una sonrisa tonta, al momento en que pasamos junto a ella.

Algo que me hizo sentir pena por ella aquel día, fue que Nat nunca se fijo en Maddie. Y hasta el día de hoy sigue sin hacerlo, la única atención que le pone es cuando quiere intentar escapar de sus brazos. El no tiene la culpa de no estar interesado.

Ahora Maddie estaba sorprendiéndome, usando unos pantalones ajustados y una remera que dejaba ver parte de su estómago, junto con una chaqueta de cuero marrón que no la cubría para nada respecto a este frío.

Ella se colgó de Nat por el cuello y plantó un sonoro beso en su mejilla, dejando la mancha de sus labios en el. Mi pobre amigo, hizo una mueca de asco no tan disimulada y Maddie soltó una carcajada para después volverlo a mirar de forma anonada.

-Deberíamos de ayudarlo ¿No crees?-mire a Finn.

Me miro y lo pensó por un momento.

-No-negó.

-¿Qué?-le quite el pedazo de algodón de azúcar. -Es nuestro amigo-

-Pues "nuestro amigo", ha estado robando de mi frasco de dulces. Y lamentablemente, hoy lo rompió-

Ahogue un grito.

-Tu frasco de dulces- el asintió. - ¿Entonces ese fue el estruendo?-volvió a asentir haciendo una mueca.-Yo amaba ese frasco de dulces-

Finn se llevó una mano al corazón y fingió quitarse una lágrima.

-Lo siento tanto Finn- lo abracé.

-Ya no importa-habló dramáticamente. -Ahora disfrutemos del show-

Me aparté de él y seguí comiendo el algodón de azúcar que era interminable, Finn quito un pedazo y los dos mirábamos a Nat desesperado, trepándose a las estatuas mientras Maddie saltaba intentando tomar el pie de nuestro amigo. Él se lo merecía, por haber roto ese inocente frasco de dulces.

-¡Ayuda! ¡Por favor! Una especie de chica maniática intenta raptarme y convertirme en su cena-gritaba Nat desde la punta de la mujer de piedra.

Pero que dulce.

****

-Descuida Nat ¡Nos volveremos a ver! ¡Y muy pronto!-gritaba Maddie siendo llevada por el guardia del parque.

Okey.

-Amor puro-comenté.

-Solo vámonos por favor- ordenó Nat jalándome de mi suéter.

-Jamás creí que Maddie fuera así-dijo Finn buscando las llaves de en su bolsillo.

-Pues bienvenido al grupo-le dijo Nat.- ¿Tú crees que yo sabía que eso pasaría?

-Yo creo que Maddie tiene una gemela y lo que acaba de atacarte en esa fuente, fue su hermana-

Nat me dio una mirada de confusión levantando su ceja.

-Yo solo digo-me encogí de hombros y subí al la camioneta.

-No volveré a salir de mi casa por el resto de mi vida-Dijo Nat removiéndose en el asiento del copiloto.

Blue SoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora