Capítulo Ocho.

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Suelto un grito y el pequeño animal se alborota sacudiendo sus alas y llendo por toda la habitación. Hasta que se detiene y se posa sobre el borde, en los pies de mi cama. Lo miro atenta y algo sorprendida. Un bonito pajarito color azul parado cerca de mis pies, sosteniendo una pequeña pero bonita flor del mismo color de sus plumas.

-Hey-mi voz es baja y sonrío con ternura hacia el pajarito.

Este se da un pequeño salto y luego deja salir un silbido. Lo mire de manera extraña. O yo comenzaba a tener visiones y volverme loca, o ese pajarito de verdad estaba a los pies de mi cama, a tan solo un metro de mí.

No estaba acostumbrada a este tipo de cosas por lo que observaba al animalito con sorpresa y cautivada por el precioso y delicado color de sus plumas. Es la primera vez que un ave esta tan cerca de mí.

Estoy segura de que no es un sueño. Porque realmente lo estoy viendo y no logro apartar la vista de él. Me apoyo sobre mis codos y lo veo más cómodamente.

Este se acerca a mí de manera rápida y deja caer la flor color azul sobre mi regazo. Solo eso sucedió para que el bonito pajarillo azul salga volando de mi ventana. Me mantengo mirando hacia allí por unos minutos, impresionada de lo que acababa de suceder.

Tomo el tallo de la delicada flor entre mis manos. Pétalos suaves y un color azul brillante y oscuro a la vez. La acerco a mi nariz y siento su aroma.

Dejo la flor sobre mi mesa de luz, junto a mi reloj y me recuesto de costado, de manera que quedo con la vista hacia ella. Poco a poco mis ojos se van cerrando y caigo en un sueño, pero la pequeña sonrisa de mi rostro no se va. Y el pájaro sigue en mi memoria.

***

-Buenos días-sonrió con alegría.

Di un portazo con mi casillero. Me acerque a él.

-No me hables. No me mires. No respires. –Le daba golpes en su pecho con mi dedo. –NO EXISTAS.

Nat llegó a su lado y nos miraba divertido.

-Yoselin y su manera tan dulce de saludar-dijo.

-Qué te puedo decir, es lunes por la mañana-respondió Finn.

Rodé los ojos. Caminamos a nuestra clase.

Deje caer todo mi peso sobre la silla. Puse mi cuaderno sobre la mesa e instantáneamente apoye mi cabeza en el hombro de Finn. Estaba que moría del sueño. El profesor explico un tema nuevo de biología y tome apuntes con las peores ganas del mundo.

Aburrida, empecé a dibujar un costado de la hoja. El pajarito que había visto ayer, comenzaba a formarse con color gris. Remarque el borde de sus ojos y la punta de su pico.

-Bien alumnos, espero que estudien para el examen de la próxima clase-esa fue la última frase que dijo el profesor antes de que una avalancha de adolecentes apurados atravesara la puerta.

-Estoy muriendo de hambre-comentó Finn.

-¡¿Y me lo dices a mí?!-exclamé haciéndolo asustar.

-Wow, tranquila-

 Sacudí mi cabeza.

–Lo siento, es que es lunes y ya sabes, no puedo controlar mi humor estos días-

-Ya lo note-

-¡¿Qué dijiste?!-Finn dio un salto. –Cielos, lo siento, yo no quería... ¿Y tú que miras idiota?- fulmine al muchacho que pasaba a nuestro lado. Me miro asustado y apresuro su paso. -¿Decías Finn?-

-Sólo vayamos al comedor por algo para almorzar-

Entramos al comedor caminando directo hacia la comida. Ya con nuestras bandejas, nos sentamos en una de las mesas limpias.

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⏰ Última actualización: Jun 13, 2015 ⏰

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