II.

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El tiempo paso y a pesar de todo, Tae y yo seguimos en contacto. Pero debo admitir que nunca me atreví a preguntar por Jungkook.

Sentía como la ansiedad se apoderaba de mi cuando comenzaba a teclear en mi teléfono y Taehyung al ver que no preguntaba al respecto, tampoco me conto nada sobre él.

Lo encontré justo. No podía exigirle eso y estaba conforme con saber que mi mejor amigo y alma gemela estaba bien.

Cuando cumplió los 17 oficializo su relación con Yoongi y me sorprendí que se demorará un año para hacerlo desde que me fui. Pero ese día hicimos una videollamada con muchos gritos de fondo por la emoción.

Me alegro que al menos su romance adolescente haya triunfado.

La vida en Seúl no fue tan difícil como imagine. Una de las ventajas, es que tenía más oportunidades para mi futuro aquí que en Busan. Eso debía de admitirlo. Mas ahora que mi preocupación era hacer la prueba de admisión a la universidad, para poder entrar.

Y el socializar tampoco fue difícil. Siempre fui amable con la gente, y esa amabilidad aumento al llegar aquí porque nadie me conocía y no quería dar una mala impresión.

Hice 3 amigos cercanos, que eran mayores que yo. Namjoon, Hoseok y SeokJin. Fueron una gran ayuda para adaptarme. Me enseñaron lo mas que pudieron de la ciudad y a veces Namjoon me llevaba en su bicicleta.

Así que nunca llegaba tarde a clases.

Estuve con uno que otro chico, eso lo admito. Pero nunca llegue a tener algo serio, porque a pesar de todo, Jungkook seguía en mis pensamientos.

Sabía que lo que hacia no era sano y por eso nunca llegue a nada mas con los chicos que se me acercaban. He incluso, mis nuevos amigos sabían de mi historia antes de llegar a Seúl.

Por lo que sí, conocían a Jungkook. Pero solo por nombre y una foto de el y yo en mi cumpleaños número 16.

En fin, con el paso del tiempo termine la escuela y me aceptaron en la universidad.

Me costó elegir una carrera de mi elección. Quería hacer muchas cosas, no solo una. Fueron noches de sufrimiento, hasta que por fin me decidí.

Me volvería profesor.

Amaba a los niños y siempre fui bueno en las materias de la escuela. Sentía que era la carrera que mejor combinaba conmigo. Pero a pesar de eso, no renuncie a mis pasatiempos.

Seguía yendo a mis clases de baile y mi taller de taekwondo; y aun con mi agenda bastante ocupada, logre ir de vez en cuando al gimnasio.

No era algo rutinario. Iba solo un día a la semana cuando estaba desocupado. Pero iba.

Me ayudaba a desestresarme y mantener mi figura.

Además de distraer mi mente.

Lo admitía, desde que me fui de Busan sentí un gran cambio en mí. Era como si una parte de mi alma hubiera sido arrancada de mí. Mi psicóloga decía que era un sentimiento de nostalgia, pero yo juraba que era más allá de eso.

Hasta que un día lo comprendí.

Y ocurrió cuando choque con una gran espalda en el gimnasio. Lo recuerdo perfectamente. Era un día miércoles, por lo que estaba regularmente vacío. De por sí, fue extraño el chocar con alguien cuando no habían mas de 4 personas allí. Pero cuando levante la mirada, el chico se dio la vuelta.

Solté un jadeo al reconocer esos bellos ojos brillosos y ese lunar tan bonito debajo de su labio. Lucia muy diferente. Muy maduro. Y era obvio. Habían pasado 6 años desde que me mude. Su brazo derecho estaba lleno de tatuajes y era aun mas alto de lo que recordaba.

Pero algo no había cambiado, a pesar de su cabello largo, en comparación a como lo usaba en esos años, mantenía ese bello color castaño que siempre asimile como suyo.

Mi Kookie estaba allí. En Seúl. Conmigo.

No me lo podía creer.

Sentí como una parte de mi volvía a mi cuerpo al volverlo a ver y así fue como supe que era ese sentimiento que me martirizaba cada día de mi vida desde hace 6 años.

Y que daba fin con su gran y linda presencia.

My Big Brunet ✦ KookMin 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora