My Big Brunet ✦ KookMin 국민

VII.

A mis 23 años nos hicimos novios, y a los 24 me toco graduarme. Después de todo pedagogía solo me tomaba 5 años, pero a Jungkook, derecho le tomaba 7, así que le faltaban 3 años mas para salir.

¿Eso que significaba? El que ya no nos podríamos ver en la universidad, a menos que fuera profesor del lugar; pero para eso se tenia que hacer un curso extra además de un master, sin contar qué aunque hiciera clases allí, no me tocaría ser profesor de Jungkook.

¿Se imaginan yo siendo profesor de Jungkook? Hubiera sido demasiado extraño...

Y eso daba a otra situación. Ahora que tenia que graduarme, tendría que buscar trabajo.

Lo bueno, es que habían escuelas cercas de la universidad, y podríamos ir juntos de camino. Todo dependía del horario del contrario.

También, estábamos comenzando a pensar en un futuro mas serio juntos. Ya que cada uno tenia su propio departamento, pero, para ser honestos, siempre estábamos en la casa del contrario, durmiendo todas las noches juntos. ¿No era mejor vivir juntos de una vez? Porque era realmente molesto el traer y llevar cosas de una casa a otra.

Tanto en el departamento de Jungkook como el mío habían dos cepillos de dientes para cada uno, también había ropa interior del contrario y obviamente, ropa de igual forma. Jungkook había dejado incluso toallas suyas en mi casa y yo había hecho lo mismo en la suya.

¿Cuál era el problema?

El que Jungkook siguiera estudiando.

Al estudiar, no ganaba ninguna especie de dinero propio, pues su departamento lo arriendaban sus padres, al igual que todos sus gastos. Ahora que me pondría a trabajar, me ofrecí de yo comprar la casa, ya que tendría un salario fijo, pero Jungkook no me lo permitió.

- Si tenemos una casa juntos, quiero que ambos la compremos.- Me dijo en pocas palabras. El quería que compráramos la casa mitad/mitad, y me parecía justo, pero si el dinero era un problema, en el futuro el podría devolverme la mitad del precio.

Pero como se imaginarán, tengo un novio demasiado necio.

Ese día discutimos mucho.

Me dispuse a comprar una casa en secreto, pero era mucho más difícil de lo que esperé, pues tenia que tener en cuenta ciertas cosas:

1. Que quedara cerca de mi trabajo y la universidad de Jungkook.

2. Que fuera lo suficientemente espaciosa para ambos y un futuro hijo, ya fuera perruno, gatuno o incluso humano. No me negaba a nada.

3. Que no fuera muy cara, para que Jungkook se enojara menos conmigo, por pagarla solo.

Y 4. Que Jungkook no se diera cuenta. Ya fuera por las llamadas para confirmar la compra o incluso los correos. A pesar de la tecnología de hoy en día, habían compañías que seguían mandando cartas o correos a tu dirección y yo siempre me preguntaba porque no solamente usaban el Gmail.

El mismo día de mi graduación, me llego el correo de aceptación a una buena escuela que, por suerte, me quedaba cerca de la universidad. Dios había escuchado mis suplicas.

Obviamente, no comenzaría a trabajar de inmediato, ya que ahora se venían las vacaciones de invierno. Pero para el semestre próximo, yo ya sería profesor definitivo y daría clases a niños todos los días. Estaba emocionado de solo pensarlo. Jungkook también lo estaba.

Ese día me beso hasta que ambos quedamos sin respiración y no hace falta decir que lo celebramos en grande.

Taehyung, que ya se había mudado con Yoongi, planeo una fiesta con el resto de nuestros amigos cercanos. Namjoon también se había graduado junto conmigo, así que la fiesta no fue solo para mi.

Mientras todos celebraban, le mencioné mis planes a mi mejor amigo. El se rio, pues sabía que Jungkook se enojaría conmigo, y a el siempre le daba gracia cuando Jungkook se enojaba, pero me dijo;

- Al final no le quedara más opción que aceptarlo. Además, ¿No se le ocurrió arrendar su departamento? Eso le generaría dinero que ayudaría a pagar su casa juntos. Incluso puedes hacer lo mismo con tu departamento.- Obviamente, eso no se nos había ocurrido.

Me sentí estúpido esa noche y se lo mencioné a Jungkook como una "idea". Por suerte, le gustó. Solo que el no sabia que la casa ya estaba comprada.

Eso se lo tendría que decir en otra ocasión.

Pero sabría que cualquier regaño que me llegara, valdría la pena cuando al fin viviéramos juntos.