Capítulo 10

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Asomé mi cabeza entre los dos asientos delanteros y vi el instituto de Odedll. De primera vista parecía un hotel, a la entrada tenía un cartel enorme donde ponía Odedll, las barreras se abrieron y se vio un largo camino entre árboles y flores, cada vez estaba más convencida de que todo esto no era real y era un plan de mi madre para traerme de vacaciones en secreto, sin poder aguantarme más le pregunté.

–Mamá ¿esto es un hotel?

–No cariño, ¿tú ves por aquí un hotel?

–Es que lo parece.

–Ten paciencia y espera.

Me crucé de brazos por la poca información que mi madre me daba, en realidad ella no me había explicado nada así que mi frustración o desilusión por lo que veía se lo debía a mi imaginación. Cuando descubrí todo lo de la llamada mi mente imaginó todo tipo de escenarios todos muy fuera de la normalidad y con gran exceso de magia, bueno, pues como en todos los cuentos o series con los que me he criado. Despeje mi mente para mirar si seguimos rodeados de verde por la naturaleza y me di cuenta de que sí pero más adelante había una barrera. Frenamos en seco, me agarré al asiento delantero por el frenazo.

–¿Nombre?

Una voz suave y melosa como el canto de una sirena se escuchó en el aire, miré por la ventana y vi a una pelirroja que parecía creada por los mismos dioses. Su pelo era largo y liso, su cara desprendía ternura, sus mejillas estaban llenas de pequeñas pecas, un toque que la hacía parecer aún más un ángel. Si seguía mirando su cara podía ver sus ojos verdes que te miran y te hacen sentir tan cautivadores que no puedes parar de mirarlos fijamente.

–Las señoritas Moon y yo Claus su chofer.

–Oh señora Moon es un placer volverla a ver. –¿Acaso todo el mundo conocía a mi madre?--

–Igualmente Lydia. –De pronto sentí esa mirada verde encima de mí, levanté la vista y vi a Lydia mirándome–

–¿Es la señorita Moon?

–Si –respondí sin embargo ella no dejaba de mirarme–

–Adelante.

Las barreras se levantaron y nada más volver a arrancar el motor para pasar y sobrepasar una línea blanca que había en el suelo sentí una fuerte corriente como si chocara con algo, esto hizo que me tambaleara en cuanto pude volver a sentarme bien volví mi cabeza hacía mi madre dispuesta para hablarla.

–Me conocen porque estudié aquí.

–Pero si esa chica tendría unos veinticinco años cosa así.

–¿Veinticinco años? –preguntó mi madre con risas– Tiene ciento veinte cariño, Lydia conoció hasta al abuelo.

–Es imposible, ella es joven, ella...

–Es una sirena cariño siempre son jóvenes físicamente.

–No tenía cola ni iba en bañador. –Al decir mi comentario Claus soltó una risa–

–Cuanto daño ha hecho Disney.

–Pues es una sirena cariño y que no te engañe su aspecto, es realmente peligrosa. No para nosotros que somos del Odedll pero si para los de afuera su canto provoca que una persona sea capaz de hacer de todo.

–Y no solo eso, si se acerca alguien de fuera de Odedll se lo come.

–Siempre y cuando venga a hacernos daño claro. –Intentó excusarse mi madre–

–¿!Qué se come la gente?!

–Si, pero solo a los que te hemos dicho es por seguridad.

–Bueno alguna vez también lo ha hecho sin que haya ningún motivo como el de antes...

–Sí Claus pero...

Mi madre y Claus empezaron a discutir mientras yo seguía paralizada, qué clase de sitio era este donde de seguridad tenían una segurata que se comía a la gente suspire y cerré los ojos intentando alejar de mi mente todas las opciones horrendas y terroríficas que venían a mi mente sobre lo que me podía encontrar.

The StainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora