♧Capítulo#13♧[capítulo final]

62 10 5
                                    

Capítulo#13[capítulo final]: la vida puede ser injusta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo#13[capítulo final]: la vida puede ser injusta.


Katerine

El escenario frente a mí no era nada agradable, estaba como loca tratando de pronunciar unas palabras que ni siquiera podía leer. En el fondo sabía que no iba a conseguir absolutamente nada, pero no tenía opción, nuestra fuente de poder estaba muerta a mi lado. Alzé la mirada y un grito que me raspó la garganta salió de mi interior.

—¡Izan!

Cayó de rodillas y luego se desplomó en el suelo, rasgado de pies a cabeza por las garras de la criatura. Rompí a llorar completamente, ya este era el fin, todo se acabaría así.

—¡Aiden, cuidado! —le grité al chico para que se apartara cuando ya la última linterna dejó de alumbrar por completo y quedamos nuevamente en la oscuridad.

Aiden volvió a tomar el tubo de metal para defenderse, pero eso no les haría ni cosquillas a esos monstruos.

¡Carajo! ¡No lo lograría!

Pudo derrivar a unos tres hasta que vi borrosamente entre la oscuridad como dejó caer el objeto y su visión se perdió por completo.

—¿Mamá? —susurró.

—Aiden que no.

Ciertamente el nocturno que se encontraba frente a él podría ser su madre, pero eso no hacía que dejara de ser un monstruo.

Corrí hacia él y tomé el tubo en mis manos, para apartar al nocturno teniendo éxito. Luego sentí un habla ahogado detrás de mí y cuando me giré vi a esos ojos rojos perder todo el brillo que siempre portaba.

—A-aiden, no, no.

Retrocedí unos pasos, mi vista pasaba de Aiden a Izan y luego a mi madre y mi padrastro, todos muertos. Me sentía más que culpable. Los nocturnos se me acercaban cada vez más y sabía muy bien cuál era su objetivo: mi collar.

—¡Aléjense! ¡Ahora! —sus pasos no cesaban— Por favor.

Era un mar de lágrimas incontrolables, estaba sola y derrotada. Sus ojos amarillentos ya estaban frente a mí cuando mi respiración se cortó por completo presa del pánico.

—¡¡Ya!!

Salté de la cama con los cabellos pegados en la frente, empapados por el sudor. Llevé una de mis manos a mi pecho y respiré hondo.

DAY13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora