Once upon a...Le Sserafim?

I. En un país muy muy lejano...

En un país muy muy lejano, pero no tanto del bosque prohibido, vivía una niña muy bonita que tenía el cabello negro como la noche, las mejillas rosas como las flores y la piel blanca como la nieve, por lo que todo el mundo la conocía como Blancanieves.

Los más cercanos, como su amoroso padre, era tan solo la gruñona Kim Chaewon.

Tenía una madrastra que una mujer bella, pero tan orgullosa y arrogante que no soportaba que nadie la superara de belleza. Por eso se pasaba todo el día mirándose en el espejo de plata y preguntando:

—Espejito, espejito ¿Quién es la más hermosa del reino?

A lo que el espejo respondía:

—No hay ninguna duda que es usted, Im Nayeon.

Sin embargo, la gruñona Chaewon fue creciendo y su belleza fue aumentando, por lo que al cumplir los 15 años, era tan bella como las flores y más hermosa que la reina de su reino.

—Espejito, espejito ¿Quién es la más hermosa del reino?

—La reina es hermosa en este lugar, pero la linda Chaewon lo es mucho más.

Nayeon soltó un agudo y fuerte grito de la rabia, toda su piel se puso roja. Todos los guardias corrió hacia su cuarto. Todos listos para matar al responsable de asustar a su hermosa reina. Nayeon tiró el espejo por la ventana, rompiendo el vidrio y el espejo en el proceso.

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No había día que la joven Chaewon pudiera comer sin que su madrastra la viera sin que la envidia consumiera su uso de la razón. Era el único momento del día donde la gruñona Chaewon se convertía en la asustada Chaewon. Especialmente cuando Nayeon agarraba el cuchillo para cortar la deliciosa comida que el rey había mandado a hacer para sus dos personas favoritas pudieran tener la mejor comida del reino y, si es que era posible, la mejor del universo.

Siempre pensó que nada le pasaría siempre y cuando su padre estuviera entre medio de las dos. Con su infaltable sonrisa y buen ánimo. Todo lo contrario a su hermosa hija, puesto que eso lo había sacado de su difunta madre que Blancanieves no llegó ni a conocer.

Su padre tenía un gusto peculiar hacia las mujeres malvadas, puesto que Nayeon no era la primera, ni la segunda, pero sí la última.

Un día, cuando Chaewon ya había cumplido los 17 años, su padre no logró despertar como cada día. Su muerte fue silenciosa, tanto que la misma Nayeon dijo que no se había dado cuenta cuando dejó de respirar cuando dormían juntos. Ese día tan solo no despertó.

Todo el reino se puso de luto y Nayeon comenzó a reinar. Por solo 6 meses no usó nada más que ropa negra que comenzó intimidar a todos sus guardias. No solo el reino había cambiado para mal. La reina también lo había hecho. Es por eso que Chaewon creía fielmente que su padre había sido asesinado, asesinado por su cruel madrastra.

¿Y para qué? ¡Ya lo tenía todo!

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Era el primer día que Nayeon ocupaba otro color que no fuese el negro. Su vestido negro y elegante fue remplazado por uno blanco con un largo velo. Había tardado 6 meses en reemplazar a su difunto padre y no había persona más enojada que la mismísima Chaewon.

La tan esperada boda era lo que había hecho que el reino volviera sonreír. Aquel matrimonio significaba tantas cosas buenas que las calles se convirtieron en un carnaval.

No se estaba casando con un hombre cualquiera. Nayeon era muy exigente como para hacer eso. La reina no se casaría con alguien que no estuviese a su altura, es por ello que el hombre de traje que estaba al frente suyo, en el altar, era el rey del país del otro lado del bosque prohibido.