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El amor es la calma antes de la tormenta.
No son los truenos rugientes y los relámpagos parpadeantes.
El amor es del tipo que te hace sentir cómodo y seguro y piensas mientras tanto que nada podría perturbar la paz hasta que llegue la temida catástrofe.
No siempre son sonrisas y risas, no siempre están llenos de rayos de sol y arcoíris con mariposas volando para completar el hermoso escenario. Habría momentos en que las lágrimas tienen que caer como aguaceros y la quietud se arruinaría como una tormenta perfecta. Te lastimarás y el dolor puede ser insoportable en algún momento en el que no puedas evitarlo y pienses en rendirte.
Pero entonces recordarás la razón por la que te arriesgaste.
Y luego, de repente, la esperanza se levantará y sabrás que todo percance llegará a su fin.
El amor es enloquecedor.
Solo tienes que encontrar a alguien que esté dispuesto a volverse loco contigo.
Hyunjin se sienta durante toda la ceremonia con ese pensamiento en mente, observando a sus dos amigos intercambiar sus votos al final del pasillo. Se siente feliz por ellos, contento de que estos dos se hayan encontrado y estén lo suficientemente locos como para llegar a esta decisión de prometer estar allí para el otro por el resto de sus vidas, con estas personas como testigos, incluido él mismo.
Los ojos del hombre de cabello rojo viajaron hacia Mark y Donghyuck mientras insertaban sus anillos en el cuarto dedo del otro; lo que indica que después de este evento, estarán unidos el uno al otro en los años venideros.
Hasta que deciden que quieren ser libres.
Esa frase rompió una parte de Hyunjin. Mira su mano y mira su propio anillo, se pregunta cuánto tiempo le queda hasta que ya no lo usa.
¿Deseará verlo descansando allí en su dedo una vez que se haya ido? ¿O sentirá alivio al ver ese dedo desocupado?
De alguna manera, cree que la segunda pregunta no recibirá una respuesta de tres letras.
Sin embargo, sus pensamientos se disiparon cuando vio que otra mano se extendía para sostener la suya, vistiendo exactamente lo mismo que él.
Giró la cabeza hacia la derecha para dedicarle una mirada al dueño, solo para verlo concentrado en otro lugar; que es hacia la pareja de enfrente. Aún así, su mano se mueve por sí sola para entrelazarla con la del rubio, sin darse cuenta de que la acción ofrece comodidad al hombre.
Y con ese pequeño gesto, Hyunjin sonríe para sí mismo y permite que su propia mano sostenga la mano de Felix a cambio.
Tomados de la mano, esperan a que termine la ceremonia.
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