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Era un tipo de situación en la que Felix nunca se imaginó a sí mismo.
Diablos, ni siquiera una vez consideró que era capaz de hacer tal cosa.
Pero allí estaba él, con un ramo blanco y fresco descansando pacíficamente a su lado en el asiento del pasajero. Salió del trabajo temprano con el conocimiento de que Hyunjin finalmente estaría libre de su trabajo después de lidiar con una semana sufrible de una agenda apretada.
Felix hizo su propia misión personal cuidar de su esposo y aliviar todo su cansancio siendo lo más dulce posible.
Y esa misión comenzará tan pronto como recoja a Hyunjin de la empresa de su familia.
El pecoso ya tenía todo planeado dentro de su cabeza. Solo tenía que ejecutar el plan en consecuencia apareciendo sin previo aviso en la oficina de su esposo primero, sorprendiéndolo con su presencia y un ramo de flores en la mano, mientras luce una dulce y cálida sonrisa.
Felix ya podía ver la expresión sorprendida del pelirojo que lentamente se convertiría en una mirada afectuosa y apreciativa con sus ojos brillando de placer, sin saberlo, sosteniendo toda la galaxia dentro de ellos, mientras sus labios se curvan con seriedad hacia arriba para mostrar su encantadora sonrisa perfecta que nunca falla para quitarle el aliento a Felix.
Solo pensar en eso hace que las venas de Felix ardan de emoción y no podía esperar para ver a su amado esposo.
Luego, después de recoger a Hyunjin del trabajo, tal vez podrían mirar alrededor de la ciudad para relajarse y divertirse un rato, ya que de todos modos sería bastante temprano. Podrían comprar un poco más de ropa tal vez, o ir de compras a casa sin estar preparados, o también podrían probar esta famosa casa de juegos para actuar como niños pequeños tontos, o tal vez hacer una excursión de un día o algo así.
Podrían hacer cualquier cosa que Hyunjin quiera. Felix estaría allí para darle cualquier cosa (y todo) para hacerlo feliz y lo hará en un santiamén sin dudarlo.
Sin embargo, cuando Felix finalmente apareció en la oficina de la morena (esperando verlo discutiendo con su secretario sobre algo irrelevante) se sorprendió de verlo sentado allí, en su silla giratoria, con la cabeza enterrada en sus brazos mientras descansar encima de la mesa.
Felix no pudo evitar que el ceño fruncido creciera en su rostro al ver a su esposo tan hastiado y prácticamente tratando de ser uno con la mesa de madera.
Dio pasos cuidadosos hacia el hombre ajeno, colocando suavemente el ramo en la silla vacía frente a él para no perturbar abruptamente el descanso que Hyunjin está tratando desesperadamente de obtener.
Inclinando su cuerpo un poco hacia abajo para nivelarlo con el hombre que descansa, Felix pasa suavemente sus dedos por los mechones rojos, rebeldes pero aún suaves de su esposo y los baja lentamente para tocar la mejilla de Hyunjin en un intento de despertarlo.
