•|♔| 𝕴𝖒𝖆𝖌𝖎𝖓𝖆 𝕰𝖘𝖙𝖔: |♔| •
᭬᭳᭫⃟⸾⃟🌙Vas a un bar por algo de beber y al entrar eres recibido por la melodía de un violín, pero no solo eso, si no que también eres recibido con la belleza de un chico de unos 17 años que buscaba una forma de l...
— ¡Ya llegué! — El de cabello negro estaba cerrando la puerta de su casa, un chico rubio bajó corriendo las escaleras y se lanzó a él.
— ¡Kaigaku, pedazo de idiota, el abuelo está a punto de llegar! — Kaigaku tomó a su hermano de la frente y lo empujó.
— ¡Entonces quítate y deja que guarde todo! — Los hermanos subieron a la habitación del Mayor para esconder el dinero, tomar algo del dinero e ir a dejarlo a una caja.
Realmente ellos no eran hermanos, sus genes no eran ni el 1% de parecidos, uno era Kaigaku Inamada, el otro Zenitsu Agatsuma, y su abuelo Jigoro Kuwajima. Ambos adolescente fueron adoptados por el anciano cuando eran niños, Kaigaku antes que Zenitsu, al mayor lo encontró en un callejón tomando agua sucia y al menor lo encontró siendo agredido por una banda de adultos siendo solo un niño.
Ambos fueron criados de la misma forma aunque sus personalidades eran totalmente diferentes, últimamente habían tenido problemas económicos pues la empresa donde trabajaba su abuelo había tenido una caída considerable, Kaigaku se decidió en ayudar a su abuelo aunque fuera a escondidas, a él le gustaba tocar el violín, le ayudaba a librar sus sentimientos a través de notas y no lágrimas y cortadas en los brazos y/o piernas.
« "Créeme, tengo amigos ahí y con tu talento en el violín te aseguro que vas a ganar mucho" »
Su amigo, Gyutaro le había recomendado aquel bar que lo recibió con mucha amabilidad, todos hablaban del chico del violín que te comunicaba perfectamente lo que sentía, ira, felicidad, tristeza, lo que sea él lo sabía dar en claro.
Su abuelo estaba en contra de ese bar pues su fama era por los negocios que se llevaban a cabo ahí, muchos con términos peligrosos, así que asiste ahí siempre que su abuelo trabaja pues regresa tarde. Gana mejor de lo que su abuelo ganaba últimamente.
— Ya, no te preocupes por nada — La puerta se abrió.
— ¡Ya llegué, chicos! — El rubio corrió a recibir a su abuelo y Kaigaku guardó rápido la Caja.
— ¡Abuelo! ¿Cómo te fue? — Zenitsu lo abrazó.
— Muy bien, ¿Cómo se la pasaron? — Jigoro adoraba cuando llegaba a casa y era recibido con un abrazo de su Nieto menor.
— Bien, Kaigaku tocó un poco y vimos una película — Dijo sonriente Agatsuma.
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