CAPÍTULO 3

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Rick seguía desplomado en el suelo, con la mirada perdida en el cielo, llorando.

– Rick... Rick... ¿Rick? ¿Rick? – le habló Daryl pero seguía igual.

– ¿puedo cargarla? – le preguntó Carl a Maggie.

– claro. – se la dio con mucho cuidado.

– acercala... – le pidió Hershel, lo hizo y la revisó. – la bebé está sana, está bien pero sin leche no sobrevivirá mucho.

– entonces hay que salir a conseguirla, nadie más puede morir hoy. – dijo Daryl.

– puedo ir contigo. – le dijo Maggie y Glenn se le quedó mirando, inseguro. – estuve revisando mapas y lugares cerca de aquí, puede que sea más rápido encontrar leche y pañales. – todos asintieron, dando a entender que estaban de acuerdo, yo sólo me alejé de todos.

– voy con ustedes. – se ofreció Glenn también.

– okay... ah... Beth.. – le habló Daryl y se alejaron, alcancé a ver que me miró de reojo.

– ¡Rick, no! – gritó Maggie, volteé, él había tomado un hacha y se metió corriendo por donde nosotros salimos.

– también sería mejor que cuidaran de Rick. – dijo Daryl. – vamonos. – los tres se fueron pero al par de minutos Glenn volvió.

– no había espacio para mí. – me miró. – ¿estás bien?

– yo no fui quién perdió familia.

– lo sé pero Maggie contó antes de irse que tú fuiste quién hizo la cesárea, debió ser difícil. – miró a Hershel y él asintió. – Axel, Oscar y tú podrán quedarse con nosotros en el pabellón, demostraron no ser peligrosos.

– gracias. – caminé hacia el interior del pabellón.

Revisé de lejos las celdas, apenas vi una vacía y entré a esa.

– ten. – me dijo Glenn devolviendome mi ballesta y mis armas, sólo lo miré extrañada. – Hershel está de acuerdo con devolvértelas, por si vuelve a ocurrir algo parecido.

– gracias. – guardé mi arma en mi pantalón y dejé mi ballesta recargada en el rincón.

– ¿cómo estás?

– ¿otra vez? – pregunté. – gracias pero ve a molestar a alguien que realmente le importes o te importe, no a los nuevos. – sólo se fue. – okay... a descansar... – la niña empezó a llorar.

Lo cual me empezó a generar una crisis nerviosa.

– ¡calla a esa bebé!

– eso intento. – respondió la chica dando vueltas por todo el pabellón a cada rato, sin éxito alguno.

– oh Dios... – me levanté y fui hacia ella. – damela. – se la pedí y me miró mal. – por favor. – miró a su padre y asintió, me la dio, empecé a arrullarla y a caminar muy lento, haciendo que se calmara, todos me miraron impresionados. – deberían aprender. – les dije y miré a la recién nacida.

Quería llorar pero no iba a permitir que me vieran llorar, menos por algo que no saben, que ni Daryl sabe.

– eres buena con los bebés. – me dijo Carl.

– sí... – pensaba decirle algo pero ¿cómo podría?, acaba de perder a su madre y su padre está en shock vagando por la cárcel, puedo ser una hija de puta pero no tanto.

– ¿tuviste más hermanos menores?

– ¿no crees que...? – me calmé, acaba de perder a a madre, está pasando por un momento difícil, lo que menos necesita es que lo traten mal. – no, yo soy la menor, Merle es el mayor y Daryl es el de en medio. – conté y lo miré. – mi madre murió cuando tenía 4 años, mi padre murió cuando tenía 8, luego quedé al cuidado de mis hermanos.

ENDLESSLY [Glenn Rhee]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora