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MARATÓN 8/10
CAPÍTULO CATORCE
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Apoyé la frente contra la puerta, cerrando los ojos y respirando con dificultad. Davi y Emma se habían pasado de la raya, no había necesidad de que nos encerraran. Era tan fácil como decirnos que querían que habláramos, ¿por qué tenían que ser tan extremistas?
—Davi, por favor, abrí la puerta —Le dije, intentando mantener la calma.
—Hijo, por favor.
No obtuvimos respuesta alguna. Al parecer, los niños se habían ido, dejándonos solos. Me volteé, quedando frente al jugador, que me miraba atento.
—Los voy a matar —Murmuré, enfurruñada.
Neymar pareció dudar un poco, frunció el ceño, jugando con los anillos de su mano, pero finalmente caminó un par de pasos, acortando la distancia que nos separaba.
Levanté un poco la cabeza parea verlo mejor. Él no era un hombre muy alto, su estatura era promedio, incluso a veces cuando se ponía al lado de otros jugadores, moría de ternura al ver lo chiquito que quedaba, pero yo sí era bastante pequeña. Con decir que al rubio solo le faltaban un par de centímetros para pasarme...
—Sarita —Sus ojos brillaron mientras parecía buscar las palabras dentro de su cabeza—. No me gusta estar así contigo, ¿qué hice que te molestó tanto?
No respondí, me tomé un momento para pensar bien qué iba a decirle. Tenía tantas cosas de las que quería hablarle, me moría de ganas de confesarle que estaba muerta por él, que me tenía en sus manos sin el más mínimo esfuerzo, y que me había costado mucho mantenerme alejada de él esta semana.
Rezaba por no perder el juicio, aunque ya lo tuviera bastante nublado. No sabía qué me había hecho el jugador, pero la Sara que había entrado por la puerta y la que ahora se encontraba frente a él no eran las mismas. Algo había cambiado, no podía decir qué con seguridad, pero me daba cuenta de que no nos comportábamos de la misma forma.
Me mordí el labio inferior, dando un par de pasos hacia atrás, buscando nuevamente un poco de espacio entre nuestros cuerpos. Si Neymar continuaba así de cerca no iba a ser capaz de expresarme en toda la noche.
