Prólogo

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—Y bien, ¿aceptas?

Tricky dudo levemente. La rubia estaba formando un trato con Lucy, una de sus mejores amigas. La chica punk deseaba conseguirle una pareja a su nueva mascota, una pequeña y adorable conejita blanca.

A palabras de Lucy, la conejita había sido rescatada por ella misma mientras estaba de viaje, encontró a la pequeña coneja cerca de un bosque bastante solitario, en una de sus patas brotaba sangre por lo que Lucy no dudo ningún segundo en llevarla con un veterinario.

Para su alivio, la conejita sano bastante rápido y había llegado a la madurez para reproducirse, esto alegró a la chica del mechón azul pues uno de sus sueños de niñez había sido el tener muchos conejos bebés por toda su casa.

En cambio, la manera en que Tricky consiguió a su pequeño conejo fue más sencilla y nada fuera de lo común. Había adoptado al animal en una campaña de adopción, lo eligió por ser el único conejo café del criadero. La rubia sentía que las cosas únicas siempre deben tener un valor mucho mayor que el de algo común.

Tricky jamás había pensado en conseguirle una pareja a su mascota y vaya que, por su edad animal, era tiempo de que el conejito tuviera crías.

—Vamos, Tricky, no lo pienses mucho. ¿Aceptas o no? —Lucy le insistió, tomándola del brazo.

—Creo que sí.

—¿Cómo qué crees?

—Sí... a menos que aceptes una condición —la rubia lucía pensativa.

—Lo que sea.

—Una vez que la conejita dé a luz... ¿será que pueda quedarme con alguno de los conejitos? Me gustaría que Jake tuviera compañía cuando yo me voy al trabajo y que mejor que sea uno de sus propios hijos.

—Um... No suena mala idea, claro que puedes quedarte con alguno solo que debería preguntarle al veterinario cuando es buen momento para que las crías de conejo puedan ser alejadas de su madre.

—No tengo ningún problema, esperaré el tiempo que sea necesario.

—Entonces, ¿es un trato? —cuestionó Lucy—. Tú me traes a tu conejito y yo me encargo de hacer que él y mi conejita se apareen para obtener a unas adorables crías de conejo.

—Es un trato. Hecho.

Las chicas se dieron la mano y realizaron su típico saludo especial entre ellas. Tricky se quedó un tiempo más en la cafetería hablando con Lucy antes de irse a su casa. Tenía que preparar a su conejito para su futura cita.

Pero Tricky no esperaba que Lucy le hubiera omitido algo importante mientras hacían el trato.

Amor de Conejos | FrankeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora