Capítulo 3

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Cuando la luz del día había llegado a su punto máximo, entrando en la gran habitación, Frank no tuvo más remedio que despertar. Sintió un peso a su lado y de inmediato sus orejas se alzaron.

Jake, la pareja que debía ser de su hermana estaba dormido a su lado. El conejito café respiraba con tranquilidad mientras seguía apegándose al conejo blanco. Frank continuaba sin creer y aceptar lo que había sucedido entre ambos. Rompió su promesa y se vinculó con un conejo que acababa de conocer.

Ocultó sus ojos con sus grandes orejas mientras se reprochaba mentalmente por sus acciones. Una parte de él deseaba alejarse de Jake sin decirle nada y la otra necesitaba permanecer a su lado, protegiéndolo y amándolo a cada momento.

Un movimiento a su lado provocó que alzara una de sus orejas. Volteó a su izquierda encontrándose con unos brillantes ojos castaños. Jake finalmente estaba despierto, con sus patas delanteras limpió su rostro para luego acariciar con su mejilla el costado de Frank.

—Frank —Jake susurró con cariño.

—Jake —el conejo blanco observó cada acción del contrario—. ¿Cómo te sientes?

—Un poco adolorido, pero bastante bien —admitió el conejito café. Estiró su cuerpo para así despertarse por completo—. Demasiado bien para continuar con lo de anoche —corrigió mientras se subía encima del otro macho.

—No creo que sea adecuado hacerlo en este momento. Lucy debe estar despierta y puede vernos —Frank trató de convencerlo. Si volvía a caer en la tentación que era Jake, nunca más habría vuelta atrás.

—Seguimos dentro de nuestra casita. Prometo no hacer mucho ruido —Jake persuadió mordiendo una de las orejas blancas.

Jake comenzó a removerse, Frank se reprochó mentalmente antes de quitar al conejito café de encima para cambiar de posición.

El conejito café había quedado pecho arriba lo cual el conejo blanco aprovechó para colocarse encima dispuesto a dominarlo como la noche anterior.

—Vas a pagar por provocar a este conejo —Frank amenazó en un tono burlón.

—Estoy más que complacido por pagarte —Jake le sonrió con picardía. Entre conejos podían verse de forma similar a como lo hacían los humanos.

Un movimiento por parte de Frank detonó todo. Ambos machos volvieron a aparearse como si fueran los únicos en esa casa. Para su alivio, Lucy había salido por una emergencia no tan grave, no sin antes dejarle lo necesario para su alimentación y resto de necesidades.

Aunque ellos en ese momento tenían una única necesidad.

🐰❤️🐰

—¿Por qué Lucy me trajo al veterinario? Aún no me toca revisión, además yo no conozco a este humano —Jake se apegó a Frank en busca de protección. Lucy los había llevado a los tres a revisión médica.

—Bueno, Yutani está saludable. Y por lo que he notado es bastante inteligente para ser un conejito común —el médico le mencionó a Lucy, la humana tomó a la conejita entre sus brazos—. Mi única recomendación es que la cuides de cualquier persona que sea científica, ella no merece formar parte de sus experimentos.

—Ninguno de ellos lo merece —Lucy aclaró. Acarició con cariño la cabeza de Yutani. Posteriormente la dejó a un lado de los otros conejos y se acercó a Jake dispuesto a tomarlo, pero el conejito se negó alejándose en respuesta—. Anda, Jake, este veterinario es bueno solo va revisar que todo esté bien contigo, te prometo que no te hará daño.

La mirada de Jake se posó en Frank. Confiaba plenamente en él por lo que su respuesta era importante.

—Lucy tiene razón. Él ha sido mi veterinario desde que era más pequeño que Yutani —el conejo blanco lo calmó—. Tranquilo, no te hará daño y en caso de que sientas dolor él se alejará de inmediato y yo acudiré a consolarte.

Amor de Conejos | FrankeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora