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Capítulo 10

Sentía una gran presión en el pecho, como si le hubieran soltado algo muy pesado en sima

- ¿MILO? – ese día era horrible – Shiryu por favor no me asustes - el hombre se quedó callado, Tn estaba al borde de las lágrimas – Shiryu... ¡Shiryu por favor!

- Me temo que no... Tu hermano no asistió a la reunión, lo estuvimos esperando, pero nunca se apareció – Tomo el hombro de la chica en un intento de calmarla, pero debía decir la noticia completa – Tampoco recibimos ningún mensaje o llamada.

- Entonces ¿solo se fue?... – quería sentarse, sus piernas no tenían la fuerza para estar de pie, lentamente callo al piso, todo su cuerpo empezó a sentirse cansado – n-no, nunca se iría así, algo debió haber pasado – un pánico se apodero de ella, llevo sus manos a su cabeza jalando su cabello – debo buscarlo, que tal si está herido o tal vez se lo llevaron.

- Cálmate – sujeto su brazo para impedir que se vaya - Tenemos que pensar los posibles lugares en donde puede estar

- ¡Los únicos lugares que visita a menudo están aquí! pero no es posible que este aquí ya lo hubiera visto – Con lágrimas en sus ojos avanzo como pudo intentando su abrigo su abrigo – Shiryu por favor cuida de los niños deje las cosas para que prepares el desayuno, tengo que buscar a mi hermano – sin más abrió la puerta dejando al mayor sin oportunidad de impedirle salir

- ¡Espera!... Tn... no se cocinar – cuando la iba a seguir escucho detrás de el a los tres niños – Y ahora... ¿Qué hago con ustedes?

Sus manos temblaban, pero logro sostener las llaves del carro de Shiryu y encenderlo, tomo el volante quedándose quieta un momento, todo esto era mucha presión y la estaba mareando. Respiro profundamente y arranco sin pensarlo

Estaba con sus emociones descontroladas y no es lo mejor para tomar decisiones, es entendible a cierto punto, nadie está preparado para este tipo de situaciones, pero Tn debió pensar que el viaje a donde se encontraba Milo es muy largo y ella no tenía nada de comida para tanto tiempo y todo ese desgaste de emociones no era muy sano para el cuerpo humano. No se detuvo para dormir así que estuvo a punto de desmayarse, claro... si no fuera por el castillo que encontró a un lado del camino.

Paro el vehículo para salir de este y admirar tal estructura, tal vez era la falta de sueño y comida la que le estaban haciendo alucinar, nunca habían escuchado de un castillo cerca de donde vivían, ni siquiera que ahí había estado algún tipo de familia real, tal vez esa era una de las razones por las que todos no salían del "pueblo" de alguna manera las cosas empezaban a volverse aun mas extrañas. No pudo seguir desglosando sus ideas pues a lo lejos se escucharon los aullidos de lobos aproximándose a ella, regreso a su asiento nuevamente para seguir avanzando al castillo, ¿Por qué? Por que tal vez su hermano estaba tan fascinado con el castillo que lo utilizo como salida de la junta y en el peor de los casos... pudo haber salido lastimado.

Se estaciono como pudo saliendo del carro, se acercó rápidamente a la enorme puerta, la cual se abrió antes de poder tocarla, reviso detrás de la puerta y no había nadie... dudo un momento pero al final entro por completo buscando a alguien que le ayudara, al no hacerlo empezó a avanzar mas adentro del gran salón.

-Mira es una chica – logro escuchar desde las escaleras.

-Claro que es una chica, tonto – Empezó a subir las escaleras con cuidado.

-¿Tal vez es la indicada?

-¿Hola? – acelero el paso lo mas que pudo, al llegar al segundo piso no vio a nadie, en cambio solo pudo oír gritos - ¡¿HOLA?!

La Bella y La Bestia  ( ikki y tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora