Seis !

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Lo único que podía sentir en ese instante, era miedo

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Lo único que podía sentir en ese instante, era miedo. Sunoo mantuvo la mirada baja, tomando bocanados de aire, nervioso, ansioso. Esperando las palabras de su padre ante el relato de su hermano mayor. Espero un regaño... Mínimo esas típicas miradas serias de su progenitor. Pero no, nada.

SeeGhyu estaba sentado en uno de sus preciosos sofás, tomando sorbo a sorbo un delicioso té, mirando de vez en cuando al castañito que parecía tener un ataque. Carraspeo y preguntó.

─¿Cómo se llama? ─Sunoo miró confuso a su padre. El mayor se aclaró ─El muchacho, hijo. Su nombre.

──Park Sunghoon ─de sólo nombrarlo, sus pupilas se habían dilatado.

─¿Apellido Park? ─el Señor Kim, se sorprendió, recordando ─¿El Alfa y su grupo que te defendió hace unos días?

Sunoo asintió, un poco perturbado que su padre estuviera lejos de regañarlo. Se podía sentir el aura cómodo del mayor, ni una pizca de malhumorado. Tranquilo, así estaba.

... Queriendo preguntar algo sobre su comportamiento. El timbre sonó, y Sunoo se vio obligado de ir atender.

─Buena tardes, ¿qué le...? ¿Sunghoon? ─se detuvo en seco, parpadeando si era real lo que veía delante de él. ¡Tenía al tonto Alfa en su casa!

Sunghoon mostró su sonrisa, dando un pequeño toque en la barbilla ajena y riéndose al gruñido del bajito.

─Traje tu mochila, bonito. No quería que tuvieras problemas con tu padre ─extendió lo mencionado, dejando en manitos del Omega.

Sunoo hizo una mueca ante el apodo, él ya era demasiado bonito, no hace falta recordarlo... Pero tal vez, le gustaba un poquito que el futbolista se lo dijera.

—Gracias, supongo...

—¿Tu padre...? ──quiso preguntar, guardo silencio al visualizar una silueta atrás del Omega castañito. Sunghoon acertó, seguramente era el Señor Kim.

El Alfa mayor era muy idéntico a su hijo, fue lo que cruzo por su mente. Era alto, tenía una delicada piel como Sunoo, ojos alargados y esas facciones aniñadas, pelinegro y fornido. Sintió ese aura dominante, el aroma lo hizo casi fruncir el ceño. El adulto mostraba sobre-protección con el Omega, lo comprendió.

─¿Eres Park Sunghoon, no es así? ──dudoso, preguntó el mayor. Viendo al joven Alfa a las puertas de su casa.

─Un gusto conocerlo, Señor Kim ─estrechó sus manos, dando un apretón de por medio. Lanzó una miradita al castaño, Sunoo mantenía su mirada al suelo y Sunghoon pudo notar ese carmesí en la blanca piel —Me tomé el tiempo de traer la mochila que su hijo olvidó. Espero... No piense mal de mi.

─Lo dudo ─dijo él, sonriendo ─Te lo agradezco, muchacho. Conozco a tu padre. Park Yun-Sik es un viejo amigo mío.

──Oh... ─la sorpresa fue evidente en el Alfa menor. Sunoo quién guardaba silencio por el momento, supuso que no vendría nada bueno a la divertida sonrisa del moreno. Había un destello de travesura en aquellos ojos —Puede venir a nuestra casa cuando guste. Estoy seguro que mi padre querrá verlo.

—Tienes razón. Tal vez lleve a mis cachorritos-

─¡No! ─grito el Omega, sobresaltando a ambos Alfas. Sunoo se ocultó tras la espalda de su padre, abrazándolo, ruborizado y completamente avergonzado ─Papá, no creo que quieras que vaya...

─¿Por qué no? ─intentó mirarlo, pero su hijo se ocultaba más. Suspiró, tratando de que uno de sus bebés no hiciera un berrinche ─Yun-Sik le encantará conocer a mis cachorros hermosos.

─Papá ─puchereo.

─Iras y punto ─ordenó ─Además... ─se dirigió al moreno, quien estaba con la mirada puesta en su bebé. Alzó una ceja, carraspeo, llamando la atención inmediatamente de Sunghoon ─Sunghoon cuidara de ti, ¿no es así muchacho?

─No hace falta que lo repita, Señor ─Sunoo lentamente, miró al Alfa Park sobre el hombro de su padre. Recibiendo un guiño del contrario, volvió a ocultarse. Sunghoon aguanto la pequeña risa, y mandó tal vez una indirecta, un tanto directa —Si lo permitiera... Soy capaz de esperar que Sunoo me acepte a su lado. Para... Para cuidarlo.

SeeGhyu sintió a su hijo volverse una bolita tímida detrás, negó riéndose. Aunque fuese un adulto, entendió esa 'gran indirecta' del chico y con sólo verlo, le dio una afirmación de cierto futuro... Un hermoso futuro. Mientras, Sunoo prefirió hacerse el tonto y tener un debate con su Omega, su tonto Omega haciéndose ilusiones con ideas erróneas que rondaban por su mente a tales palabras. Quizá, Sunghoon sólo respondía por obligación de su padre. Nada más.

─Los dejó ─informó el adulto── Tengo que volver al trabajo ─SeeGhyu caminó rumbo a las escaleras, dejando a su cachorro con el joven ─Puedes pasar si gustas, jovencito. Eres bienvenido ─mando, quizá, una indirecta. Sunghoon se rio a la confusión de Sunoo.

Al momento que la puerta de la segunda planta fue escuchada. Un enfurecido Sunghoon miró al oji-azul, oh... Ya era demasiado que viniera a su casa.

─¿Qué planeas hacer? ¡No caeré en tu tonto juego!

Sunghoon se extraño.

─¿Juego?

─Vete de mi casa.

─Si tu padre dijo...

─Esta también es mi casa. Y mis ordenes tienen que ser cumplidas.

─¿Así tratas a tus invitados? Que descortés ─mofo Sunghoon. Deslizó una diestra por sus cabellos, indignado. Se giró, dispuesto a irse.

Pero... Sunoo no espero que al momento de cerrar las puertas, estas fueran detenidas por unos brazos. Alzó la mirada, chocando con esos azulados ojos destellando nada inocente. Intentó abrir la boca para regañarlo, no salió nada... Y ni pudo protestar al ser callado por los labios de Park. Sunghoon mantuvo un corto momento envuelto sus brazos alrededor de esa cintura, atrayendo al castañito a su cuerpo y seguir besándolo con lentitud, suaves movimientos en aquellos temblorosos labiecitos de fresa. Sunoo temblaba bajo su toque.

El popular Alfa Capitán para todos, quiénes decían lo difícil que era de conquistar, le estaba robando un beso.

Sunoo estaba congelado. Sus ojitos bien abiertos y en shock. Sus mejillas ardían y ni hablar su piel rojiza, apretó su mochila a su pecho por inercia. Viendo los orbes cerrados del moreno al tenerlo en brazos, besándolo tan tranquilo, tan relajado... Tan hechizado por él.

Sunghoon poco a poco se apartó unos centímetros, suspirando con una sonrisa al verlo el manojo de nervios que era el menor. Dio un 'piquito' en esos labios, y apretando esa cintura antes de... Correr lejos de allí. Escuchando segundos después, las insultos del castaño. Rozó sus labios con sus dedos, riéndose.

Había besado al rellenito Kim.

—Seras mio, sunoo-ah

—Seras mio, sunoo-ah

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𔘓 : ¡No soy gordito! | sunsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora