05⸙

800 115 16
                                    

El olor no ayudaba al ambiente deprimente en todo este lugar. Era una combinación entre humedad y cables quemados bastante desagradable. O por lo menos allí en la sala de espera lo era. Hace un rato que mamá había entrado, por alguna razón no nos dejaron pasar juntos, y sinceramente lo agradecía un poco. Necesitaba hablar con él sin ella presente.

Era un poco curioso este lugar, no había venido antes aun cuando rogué por ello, pero ya estaba aquí y saber que pronto lo vería me llenaba de emoción y nerviosismo a la vez. Por alguna razón casi todos los presentes eran mujeres, en su mayoría de edad avanzada. Yo parecía ser el más joven allí.

¿Como sería adentro? Tal vez solo una mesa y dos sillas separadas por un vidrio y un teléfono, como en las películas de policías. Si lo pensaba, nunca creí venir a un lugar, así como familiar de un recluso. ¿Como estaría él? Podría estar mal, pensar que le han hecho daño me revolvía el estómago. Intenté suspirar para calmarme, no debería estar asustándome más de lo que ya lo estaba.

Había pasado un rato desde que mamá entró, y cada minuto significaba que acumulaba más y más nervios. Pero para mi propio bien, creía yo, un momento después salieron varias personas y entre ellas mi madre. Ella se acercó a mí con una sonrisa, pero no correspondí. Estaba ansioso, solo me levanté de mi silla y caminé hacia los policías como ella me indicó.

Ahora un segundo grupo de personas caminábamos por un pasillo ancho y bastante iluminado, pero sin una sola ventana, las paredes eran de un color crema un poco opaco, sin embargo, por más cálido que fuera, no influía en los nervios que tenía en ese momento. Apreté mis labios y mis puños mientras caminaba. Podía sentir el retumbar de mi corazón hasta en mis propios oídos. Con cada paso comenzaba a pensar en verle la cara, y ya con eso sentía mi garganta apretada y mi nariz picar.

Llegamos a una especie de comedor bastante amplio y allí algunas personas comenzaron a acercarse a quienes estaban sentados en cada una de las mesas. Intenté tomar aire mientras miraba a todas partes buscando un rostro conocido. Y no fue hasta después de ver a un señor abrazando a su esposa que desvié la mirada y unos ojos brillantes me estaban mirando. Me quedé pasmado por un instante, y luego caminé tan rápido hacia él como pude, tampoco pude ocultar mis sentimientos, y para cuando me enrollé en sus brazos estaba llorando como un niño pequeño.

Me apretaba con fuerza mientras yo lloraba escondido en su cuello, oía su voz una y otra vez siseando, pidiendo que me calmara, pero necesitaba llorar un poco. Y fue después de un momento que logró alejarme un poco de él y limpiar mis lágrimas. — Bebé, no me gusta verte llorar. Eres un muchacho grande, vamos a hablar un poco ¿te parece? — Dijo sonriendo mientras sostenía mi rostro.

Asentí mientras sorbia mi nariz. Cerré los ojos un momento y tomé aire para luego soltarlo lentamente. Luego lo miré y tras una sonrisa de su parte volví a apretar los labios mientras mi rostro se deformaba; su mirada se compadecía de mí, así que solo volvió a apegarme a él en un abrazo. — Te... extrañé muchisimo.— Logré balbucear con dificultad, mi voz tan fina que ni parecía mi voz.

— Yo también tenía muchas ganas de verte. Pensé que vendrías la última vez, me quedé esperándote. — Murmuró con nostalgia. Apenas escuché eso me separé con suavidad de su cuerpo para mirarlo. — Tranquilo. — Soltó a ver mis ojos. — Puedo entender que estabas haciendo tus tareas, tienes que pensar en tu futuro...

— No. — Susurré casi como un gruñido. — Ella me dijo que no querías verme.

Era mentira.

Sus ojos se ampliaron y luego sus cejas se juntaron confusas. — ¿Qué? ¿Eso te dijo?

— Bueno... me dijo que tú estabas pasando por algo difícil y que no querías que yo me involucrara. Que apenas habías accedido a hablar con ella, pero oí que es la quinta vez que está aquí.

Dollhouse ﹫ 𝑽𝒉𝒐𝒑𝒆 ཻུ⸙͎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora