04⸙

707 114 5
                                    

Estaba sentado en el duro concreto de una banca en el campus. En una especie de grupo circular estaban varios de mis compañeros de aula, todos hablando de cosas sin sentido sobre la vida de otros solo para burlarnos.

Eran un montón de idiotas criticando lo mal que se vestían un grupo de chicas de nuestra misma aula, a las cuales pocos les dirigíamos la palabra. No podía decir que estaba en contra, de verdad que tenían muy mal gusto, pero poco me interesaba.

No solía compartir en voz alta lo que pasaba por mi cabeza. Siempre notaba que todos tenían una idea de mi como silencioso, amable y correcto. No iba a hacer nada para cambiar eso.

Al estar perdido en pensamientos, fui el último en notar una nueva presencia en el grupo. Alguien de pie mirando a todos con sospecha y un poco de burla. Los demás parecían entender su expresión, y sin siquiera saludarse, pasó por encima de dos que estaban en el suelo de piernas cruzadas frente a la banca y con un movimiento de mano algo despectivo logró que la persona a mi lado se apartara.

Me excitaba un poco, solo un poco.

Una mano se depositaba en mi pierna y luego unos ojos marrones leían mi mente a través de mis pupilas.

— Te ves lindo, — Se acercó a susurrar en mi oído. — como siempre. — Completó. Ya estábamos siendo ignorados por los demás por lo que me di la libertad de reír como muchachita nerviosa.

De alguna manera también logró que sin tener la verdadera intención, me acercara y prácticamente recostara en él. — Lo mismo digo.

No hubo más palabras. No teníamos conversaciones largas. Al estar con él todo era más sobre lenguaje corporal y sonrisas. Sólo se dedicó a prestar atención a la banal charla entre los demás y no faltó mucho tiempo para que mi show favorito diera inicio.

— Tampoco te queda bien a ti. Solo que nadie te lo dice. — Soltó Jimin sin la más mínima empatía en su voz. Hace un rato que esa chica hablaba y hablaba de lo mal que le quedó su vestido a una chica de la otra aula, a quién se lo presto por una emergencia. Si tanto le fastidiaba no se fuera molestado en ayudar en primer lugar.

Y como siempre Jimin tenía razón, por eso me encantaba de cierta forma. Jessica era amarilla, y el vestido de color durazno la hacía parecer una naranja. Pero yo nunca opinaba.

Jimin tenía la capacidad de hablar por ambos sin siquiera saberlo.

Aún ofendida, le preguntó a Jimin qué se veía mal. Y muy amablemente le respondió que de ser posible quemara ese trapo feo apenas lo tuviera de vuelta. Y de alguna forma, todos estaban de acuerdo con jimin.

Cada día había una nueva víctima. Todos parecían querer agradarle. No lo entendía. De mi parte, a mi me gustaba Jimin, quería complacerlo. Pero ¿los demás? Eran una manada de idiotas por dejarse pisotear por él.

Aunque si lo pensaba bien por más cruel que fuera, siempre tenía razón.

Conmigo siempre fue más suave. O me miraba serio y me hacia un cambio cuando nos encontrábamos o me miraba mal, muy mal. Y fue una situación de una sola vez, la vez del color azul. Me había sentido tan vulnerable que me deshice de todo mi clóset de ese tono.

Aún estaba con mi cabeza descansando en su hombro, y ahora su mano en mi pierna estaba entrelazada con la mía. Di un apretón en su mano para que me prestara atención. Él seguía hablando con los demás pero rápidamente bajo su rostro para verme.

Sin decir nada lo comprendió, y tras separarse un poco de mi, pero sin soltar la unión de nuestras manos, nos alejamos del grupo sin decir nada más.

Necesitaba mi sesión de besos antes de entrar a clases.

Luego de llegar a casa a eso del mediodía despues de clases, me encontré con una casa vacía

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Luego de llegar a casa a eso del mediodía despues de clases, me encontré con una casa vacía. Sinceramente fue un respiro no ver a Taehyung, no tenía energía para lidiar con él, muchisimo menos con mi madre, esperaba que se perdiera hasta la noche como solía hacer. Comí algo preparado por mis propias manos y luego me quedé a mirar cosas en la tele hasta que me quedé dormido en el sillón de la sala.

Desperté alrededor de las tres de la tarde debido a las caricias de mamá en mi cabello, y su voz llamándome. Ignoré sus palabras mientras intentaba abrir mis ojos y me sentaba, al menos hasta que escuché un nombre llamativo.

— Ve a darte un baño y te espero aquí abajo para que nos vamos de una vez. Pero apresúrate, antes de que llegue tu papá.

— ¿Iremos a verlo? — Pregunte cargado de emoción. Ella asintió y no pude evitar sonreír. Me levanté de un brinco y corrí a mi habitación para bañarme y vestirme. Taehyung no me iba a arruinar esto.

Esta era una de esas veces en las que lo que tardaba en bañarme y vestirme me sorprendía a mí mismo. Unos quince minutos después estaba bajando las escaleras un poco más sencillo de los normal pero sin perder mi toque y me moví un poco por la planta baja hasta encontrarla saliendo de la oficina de Taehyung. No dije nada, me decepcionó un poco porque sabía que buscaba, pero a estas alturas ya no esperaba nada de ella.

Se sobresalto al encontrarme, pero sonrió nerviosa y me rodeó. — ¿Listo?

Asentí y la seguí hasta el auto. Durante el camino comencé a sentirme algo nostálgico. Pero decidí aguantarme un poco hasta verlo. Respiré profundo y me gire un poco para ver a mamá. Ella estaba en una llamada mientras conducía.

Era una mujer hermosa, fácilmente podría ser una actriz de televisión o hasta de cine. Siempre ví como todos a mi alrededor la adoraban por su belleza. Era una de las principales razones por las qué logró casarse con Taehyung. Pues por más retorcido que fuera un hombre como Kim Taehyung para la gente era una especie de bendición. Lo sabía de propia mano.

Aunque si lo pensaba bien, eran perfectos juntos. Más que perfectos. Mi hermano y yo estábamos de relleno. Si no estuviéramos ellos probablemente fueran tenido uno o dos hijos y no seríamos nosotros soportando sus trapos sucios.

Solo esperaba que un día mi hermano estuviera libre y poder irme muy lejos con él. Pero era un imbecil, un gran imbecil. Y es me hacía odiarlo también a él. Antes creía que mi hermano era la persona más cuerda de mi familia.

No lo era. De ser así no estaría en prisión.

Me sorprendí a mí misma con lo rápido que escribí todo esto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me sorprendí a mí misma con lo rápido que escribí todo esto.

Estoy intentando volver a estructurar todo la historia. Si hay alguna incoherencia por favor avísenme. Estoy cambiando muchas cosas de mi idea de base para que todo sea mejor y tenga más sentido.

Gracias por leer <3

Dollhouse ﹫ 𝑽𝒉𝒐𝒑𝒆 ཻུ⸙͎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora