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El lugar era "espléndido, encantador, sublime..."

O eso dijo ella cuando entramos al restaurante, ciertamente si era un lugar bonito, se veía lujoso sin perder ese ambiente familiar. Principalmente por la cantidad de ruido y el montón de mesas llenas de gente comiendo y platicando.

Mucha gente, demasiada para mi gusto.

Apreté un poco los labios y caminé detrás de ambos. La mancha roja sé despidió afuera cuando aparcamos y siguió derecho en su costoso carro, irónicamente, también rojo.

El imbécil se aseguró que llegáramos al lugar.

Taehyung mantenía una mano en la espalda baja de mi madre, ambos siguiendo al mesero que nos acogió en la recepción y nos llevaba a nuestra mesa. Yo detrás de ellos intentando tragarme la mueca que tanto quería hacer.

Nos sentamos, y mientras ellos parecían hablar como un matrimonio perfectamente normal, hasta un poco demasiado perfecto, quería que me tragara la tierra.

Mi cabeza dolía un poco, mis piernas se sentían débiles y verdaderamente tenía mucha hambre. Verlos compartir sonrisitas justo frente a mi rostro solo me agotaba más, se miraba tan forzado. ¿No les daba vergüenza? ¿De verdad nadie notaba el teatro barato que se estaban montando?

Afortunadamente la comida llego rápido. Comí tan rápido como me lo permitieron mis modales, y sin preocuparme por dinero que no es mío, pedí otra ración y después postre.

Mi madre me miro negando disimuladamente cuando estaba pidiéndole al mesero la rebanada de pastel de chocolate. Solo tuve que decir en voz alta, ¿Que sucede, mamá? Para que se mantuviera callada y le sonriera al mesero.

Taehyung por su parte me ignoró, le dedicó toda su atención a su bella esposa, así como también a quienes conocía que estaban allí comiendo. No es como que fuera una sorpresa que fuera popular. Era un agente de bienes raíces con clientes ricos, claramente esos clientes cenarían en restaurantes famosos y de alto lujo.

Después de estar en primera fila de su teatral romance de película al fin fue momento de irnos. Sin embargo, tardamos un poco más porque a la salida una mujer y su marido interceptaron a Taehyung para contratarlo. Fueron unos tortuosos veinte minutos esperando junto al auto a que el imbécil se dignara a dejar hablar con los extraños y regresáramos a la casa.

Al llegar, Taehyung pareció querer hablar conmigo, pero no tenía realmente tiempo para lidiar con nada o nadie más por el día de hoy. Había pasado demasiado. Estaba realmente agotado. Así que camine lo suficientemente rápido para irme a mi habitación y me tire en la cama por un rato para esperar a que viniera.

Después de un rato no llegó, así que con mucha dificultad me volví a levantar para limpiar mi rostro, cepillar mis dientes y quitarme la ropa.

Cuando volví a la cama, la puerta se abrió.

Maldición.

— ¿Crees que puedes ir haciendo lo que te venga en gana siempre? — Susurró en advertencia. Tan frío y amargado como solo él podía ser. ¿Había algo que hiciera feliz a este hombre aparte de meter su polla donde no debía? No recordaba haberlo visto sonreír verdaderamente.

Un remolino de insultos y frases sardónicas se enredó en mi lengua, no salió ninguna. Pero mis ojos parecieron reflejar el menosprecio que sentía ahora, o tal vez el cansancio.

Le hizo gracia. Podía ver la burla en la comisura de su boca y en su mirada.

Los pocos pasos que le tomaron llegar frente a mí resonaron en mi cabeza. Aún tenía puestos los zapatos de tacón medio que eran casi inasequibles para cualquiera. Me mantuve quieto y expectante de sus movimientos, mi pulso saltó.

Tomó mis mejillas con una mano, y apretó. No demasiado, solo lo suficiente para dejarme la cara deformada. — Piensas que eres más inteligente de lo que realmente eres. — Sacudió mi rostro para molestarme. — Pero deberías usar esa astucia donde sea bienvenida

Intenté soltarme de su agarre, pero antes de que yo lanzara un manotazo, empujó mi rostro a un lado con demasiada fuerza, o quizás estaba muy débil ahora. — No vuelvas a hacer esa mierda. Ya tengo suficiente con lidiar con tu madre como para tener que ocuparme de caprichos tuyos.

Cuando la puerta se cerró solté un suspiro pesado.

Una extraña sensación me traspasó, impotencia, dolor, rabia o tristeza. No sabía que exactamente, pero mis ojos se difuminaron lentamente y me dejé caer de espaldas a la cama, Estuve así un largo rato, hasta que subí por la cama y me cubrí con una manta.

Quería dormirme rápido para ahogar la molesta sensación en mi pecho, la pesadez de mis músculos, pero por más que girara sobre mi cuerpo y abrazara la almohada de diversas maneras, solo me sentía más incómodo, más ahogado.

No fue hasta después de que comenzó a dolerme la espalda que me levante para buscar mi teléfono y ver la hora. Pasaba la medianoche, así que había estado removiéndome como gusano por más de cuatro horas. Hace varias semanas que no había tenido noches de insomnio como esta, pero no era nada nuevo. Salí de la habitación y caminé hasta la conocida puerta del final del pasillo. Abrí y entré sin siquiera encender la luz.

Sin embargo, al sentarme en la orilla de la cama, esta se encontraba perfectamente arreglada, fría, y sin nadie en ella. Miré el vacío en la cama con el estómago tan revuelto que quería vomitar. Me levanté y sin volver a mirar cerré la puerta y me metí al baño.

Me quedé apretando el pomo de la puerta por unos segundos antes de levantar mi vista a mi reflejo.

Lamentable.

Eso era lo que vi en el espejo sucio. Despeinado y con los ojos rojos, la cara hinchada como un cerdo. Suspiré lavándome. Si volvía a mi habitación no iba a dormir para nada, mañana tenía que ir al instituto. No tenía demasiadas opciones.

Después de meditar mordiendo mis propias uñas, salí del baño y me dirigí a la siguiente puerta, no toqué, solo abrí y me quedé estático en la entrada, quizás no había nadie allí tampoco. Hoy parecía haber sido un día feliz. Pero desde la luz del pasillo se podía ver el bulto sobre la cama, así que suspiré aliviado de no acertar el desagradable pensamiento que se cruzó por mi cabeza.

Cerré la puerta con cautela, y caminé hacia la cama lentamente, no quería que me sacara a patadas. Rodeé la cama y con extrema delicadeza me metí bajo las sábanas. Después de unos segundos sin ninguna perturbación pude quedarme tranquilo, disfrutando del calor humano del otro lado de la cama.

Y la presencia masculina en la habitación.

Y la presencia masculina en la habitación

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Dije que sería pronto y cumplí. ❤️

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⏰ Última actualización: Aug 24 ⏰

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Dollhouse ﹫ 𝑽𝒉𝒐𝒑𝒆 ཻུ⸙͎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora