23 - Te recuerdo.

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Habían pasado varios días desde el suceso en la cafetería, Hyunjin había sufrido un desmayo y Changbin se había encargado de llevarlo al hospital, donde les informaron que simplemente su presión había bajado mucho y muy rápido. Al despertar, los doctores le pidieron al peliazul que no se salte comidas, se hidrate bien y duerma las ocho horas que debía dormir. Básicamente le pidieron que no descuidara su salud.

En ese momento Hyunjin y Félix se encontraban paseando junto al río Han tomados de la mano.

Félix visualizó a lo lejos un puesto de comida para llevar y arrastró al peliazul hacia allí, para comprar dos donnuts, una bañada en chocolate y otra de vainilla para Hyunjin, junto con un chocolate caliente para él. Luego caminaron hasta una banca y se sentaron allí para disfrutar la comida y la maravillosa vista.

El clima estaba un poco frío, pero eso no quitaba el buen humor de los chicos.

—Come — ordenó Félix, entregándole la comida a Hyunjin.

Hyunjin bufó divertido.

—Félix, hace días me estás llenando con comida, ¿Acaso quieres hacerme explotar?

—En lo posible. El doctor dijo que no te alimentas bien, estoy procurando que lo hagas — mencionó el rubio bebiendo su chocolate caliente.

—Félix... Tú sabes perfectamente que me alimento bien, si fuera por mí comería todo el día, pero me estás haciendo ingerir alimentos en exceso, ¡Si hace menos de una hora que almorzamos!

El rubio lo miró entrecerrando los ojos, para luego arrebatarle la bolsita donde se encontraban los donnuts.

—Bien, más para mi. — fue lo que respondió, volviendo su vista hacia el río.

Hyunjin sonrió, se le hacía adorable que el menor se preocupara tanto por él. Se acercó con cuidado y rodeó su cuerpo en un cálido abrazo.

—Agradezco todo lo que haces por mi, Félix.

—Ujum.

La sonrisa del peliazul se hizo más grande. Rebuscó en el bolsillo de su abrigo y de allí sacó una pequeña caja.

—Tengo un regalo para ti — murmuró Hyunjin en el oído de Félix.

El rubio se giró y al ver la caja entre las manos del peliazul casi escupe su bebida, ahogándose de la impresión. Hyunjin rió.

—Tranquilo, no te propondré matrimonio.

—¡Dios, Hyunjin, casi haces que muera! — habló Félix al recomponerse.

—¿Eso quiere decir que me dirías que no? — inquirió el peliazul alzando una ceja.

—Yo... B-bueno no... No sé. Es... Sería muy pronto, ¿No crees?

Hyunjin volvió a reír, esta vez de forma más fuerte. Nunca había visto al rubio así de nervioso, y por alguna razón le divertía ser el causante de eso. Félix lo golpeó.

—Auch — se quejó el peliazul sobándose el pecho.

Félix se preocupó por eso. Siempre que lo golpeaba se arrepentía, temiendo haberle hecho daño. Hyunjin se dió cuenta de la expresión del menor y dejó de fingir dolor.

—Estoy bien, sólo bromeo — mencionó sonriendo. Félix le devolvió la sonrisa.

—Entonces... ¿Que es? — preguntó el rubio poniendo su atención en la cajita.

—Oh... En realidad... — Hyunjin abrió la caja, Félix se volvió a ahogar. —Si son anillos, pero no de compromiso. Sólo quería compartir algo contigo, y mi madre... Bueno, ella los usó con mi padre cuando eran jóvenes, cuando se comprometieron los guardó en esta misma caja, como un tesoro, y ahora me los entregó a mi. Creo que eran de mi abuelo.

Painful Awakening || Minsung ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora