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Los problemas de su niñez cada día se iban desapareciendo con el pasar de los años, cuando era un niño cualquier mínimo comentario le afectaba, el poco afecto de sus padres en algunos días de la semana eran un golpe duro para él, pero al transcurr...

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Los problemas de su niñez cada día se iban desapareciendo con el pasar de los años, cuando era un niño cualquier mínimo comentario le afectaba, el poco afecto de sus padres en algunos días de la semana eran un golpe duro para él, pero al transcurrir los años supo mantener su estabilidad emocional y física de buena manera para que los problemas de su infancia y los comentarios que le afectaron aquellos días no lo hicieran al día de hoy.

Y gracias a ello no hubo más gente que lo lastimara por no saber identificar los colores.

Como decía Jackson, era casi imposible que alguien tuviera la cabeza de burlarse por algo insignificante, y así lo creía, actualmente nadie le hace un comentario al respecto a excepción de los maestros, pide ayuda de vez en cuando para identificar algunos colores y los lápices de madera con el tono grabado en sus costados le ayudaba mucho, así que Jackson tenía razón, ahora que ha crecido no había nadie con razones para hacerlo sentir menos y que no tuviera la cabeza para insultarlo.

Pero cuando era un niño las cosas eran simplemente imposibles. Le hubiese gustado cambiarse de escuela y no permanecer en una sola toda su infancia, y el deseo aumentó con la partida de SeokJin, sin embargo al conocer a YoonGi y ver lo capaz que era este para insultar a los demás con tal de defenderlo, además de que sus padres no tenían el dinero suficiente, decidió que era mejor concluir sus estudios en la escuela que sus padres le asignaran.

Ah… hablando de Seokjin.

Los días pasaron desde aquella vez que visitaron la casa abandonada y nunca hubo un "nos vemos mañana". No lo vio al día siguiente, se había olvidado de pedir su número y ninguno de sus conocidos lo tenía, visitó la casa al día siguiente y con el pasar de las horas se hacía la idea de que no habría un mañana. En ese momento se dio cuenta de que con SeokJin nada era seguro.

Los días pasaron, el mañana se convirtió en una semana, y la semana en dos, casi dos semanas desde aquello donde decidió resignarse y dejar de visitar la casa por un tiempo por miedo de encontrar a SeokJin ahí y no tener la cara de recriminarle.

¿Qué será de la vida de Jin? ¿Estará bien? Por preguntas como esa es que mantiene su molestia en un baúl y finge que todo está bien.

Pero ¿en realidad todo parece estar bien?

La noche cayó y con ella una tormenta, las gotas de la lluvia golpeaban la ventana con salvajismo y la señal del televisor y de los teléfonos no era buena, por lo que decidió bajar a cenar junto con su madre. Sentados en una mesa pequeña de seis personas, con pollo frito al centro y una jarra de jugo de naranja, de postre un pastel de chocolate que les había llevado su abuela el día anterior y nuggets bañados en salsa.

Esa noche su madre no tenía ganas de cocinar, por ahí de las ocho llegó empapada y con el paraguas casi roto, y al ver la ausencia de su padre decidió hacerle compañía además de que en su habitación, sin Internet y con la luz a punto de irse, pensó que sería buena idea bajar.

Nomás Porque Sí //KNJ+KSJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora