🌷EPÍLOGO🌷

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"La calle estaba siendo invadida, las luces parpadearon cuando una manada de gatos avanzaron por el frente de su casa, el joven miraba todo con los ojos bien abiertos tomando detalle de lo que pasaba frente a sus narices

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"La calle estaba siendo invadida, las luces parpadearon cuando una manada de gatos avanzaron por el frente de su casa, el joven miraba todo con los ojos bien abiertos tomando detalle de lo que pasaba frente a sus narices. Estaba segurísimo de que se trataba de un sueño pues ninguno de sus vecinos se levantó por el escándalo ni las luces parpadeantes, ni siquiera su roomie se inmutó cuando salió disparado de su cama y pasó frente suyo corriendo mientras seguía roncando como perro desparramado en su cama.

Los gatos le miraban y luego seguían su curso, otros siguieron la misma dirección saltando sobre los tejados mientras sostenían a sus presas entre sus colmillos, pero eso no era lo extraño —bueno, más o menos, porque la calle estaba inundada de gatos caminando en coordinación— sino que al frente de todos los bigotones habían un par de gatos negros andando en dos patas como si los guiaran.

La puerta de su casa se abrió y de ella salió su gato gordo gris, Jun lo vio de reojo y se unió a los gatos cuando estos ya estaban unos metros alejados y un par de gatitos se quedaron atrás. Jun era un malagradecido, él muriendo por dentro y éste solo le vio horrible juzgandolo. Supo que no debió recogerlo ni dejarlo quedarse en su consultorio, gato malagradecido.

Lo siguió porque era su gato y tenía que recuperarlo, nada tenía que ver con su curiosidad por saber a donde iban todos los gatitos, no no, nada de eso.

De manera torpe y rápida se puso sus pantuflas de león y corrió tras los gatitos, estos llegaron hasta la montaña donde estaba aquel templo roto, y uno a uno fueron cruzando por un hueco al llegar al muro que dividía el bosque de la montaña, estuvo por darse la vuelta y regresar a casa, pero divisó una entrada de dos metros que supuso llevaba a la misma dirección ¿a donde más iría?

Se coló por esa entrada y al cruzarla no podía creer lo que veía…"

Un vidrio rompiéndose lo sacó de su lectura, mientras desempacaba las cosas de su trabajo encontró hasta el fondo de la caja su primer escrito de cuando tenía 17 años, aquel que empezó cuando SeokJin entró por su ventana y no lo terminó hasta la última semana antes de regresar a clases.

Recordaba los consejos de Seonghwa y ahora que era escritor reconocido y maestro de literatura confesó que él tenía razón, tal vez le daría una segunda oportunidad y lo escribiría de nuevo pese a que eso no era lo que usualmente suele escribir.

Gatos andando en dos patas, un príncipe gato y un pueblo mágico, su yo de 17 años tenía una enorme imaginación.

Y para rematar, esos gatos eran demonios.

Ah… qué curioso.

Dejó el escrito en su escritorio al ponerse de pie luego de estar media hora en cuclillas leyendo su cuento fantasioso, el vidrio roto lo desconcertó saliendo de la habitación que ocuparía de estudio para su trabajo, bajando las escaleras tranquilamente hasta la entrada que fue donde escuchó el ruido.

Nomás Porque Sí //KNJ+KSJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora