DANIEL.
Habían pasado días desde que mi rutina se había vuelto ensayo e ir a casa, repetidas veces. Mis amigos solían salir a distintos lugares con sus parejas, mientras yo solo me quedaba con mi bajo en la sala de ensayos, al inicio los culpaba a ellos por ya no tener el mismo compromiso con la banda, pero seamos honestos, si yo fuera más responsable afectivamente viviría igual de feliz que ellos, y no en esta miseria.
Hoy como todos los días me encontraba en la sala de ensayo tocando notas en mi bajo, tratando de encontrar aquella nota que me hiciera desatar una serie de palabras para formar una composición.
A veces es frustrante tener una libreta enfrente y no poder escribir nada porque tú alma no habla y tú corazón siente tanto pero a la vez nada.
-Esto no pasaba cuando salías con ella- Interrumpió una voz a mis espaldas.
Volteé junto con mi silla, topándome con Smoke, el cual estaba cruzado de brazos sobre el borde de la puerta.
-¿Qué no tenías una cita?-pregunté.
-Perdiste la noción del tiempo ¿verdad?-Respondió mostrándome la hora en su celular, a lo cual solo asentí.
Aparté mi bajo, dándome acceso a estirarme un poco, volteé a ver de nuevo mi libreta, estaba vacía, igual que hace cinco horas. Smoke se acercó tomando a su paso una silla para tomar asiento al lado mío, viéndome con aquella sonrisa característica de él, aquella que hablaba por sí sola, dándome a entender que sabía lo que pasaba por mi cabeza, incluso sabiendo aquello que yo no.
-Deberías escribirle una carta. -Soltó sin más acomodándose mejor sobre su asiento.
-¿Una carta?-Lo miré algo confuso.
-Si te paras enfrente de ella no dirías nada- dijo tomándome por el hombro.- por eso la mejor opción es una carta- volvió a su lugar no sin antes dar una palmada. -ahí le puedes decir todo sin mentir, podrías por fin ser honesto con ella y con tus propios sentimientos.
Ambos nos quedamos callados, no sabía que responderle, un par de segundos después se levantó dándome unas palmadas en la espalda y saliendo de la habitación, dejándome con mil cosas que pensar, pero dándome ese empujón que necesitaba.
Tomé la libreta entre mis manos y comencé a escribir, al comenzar no sabía muy bien cómo iniciar, descubrí que era pésimo en esto, pero al momento de adentrarme cada vez más en mis sentimientos caí en la razón del porqué hoy estábamos así, cada uno por su parte, cada uno viviendo como podía.
Escribir mis sentimientos me ayudó a deshacer ese nudo en mi garganta, ahora todo tenía respuesta, y eso me hacía relativamente feliz; doble la carta y la metí dentro de mi mochila, para después tomarla y dirigirme a su departamento, quería entregársela y arreglar todo.
Al llegar, antes de poder tocar la puerta, está se abrió dejándome ver a una Valeria un tanto confundida.
-¿Está Cami?-pregunté.
-¿Por qué estás aquí?- preguntó ahora ella.
-Quiero entregarle algo- respondí con una amplia sonrisa.
-Daniel, pasan de las once de la noche- dijo remarcando la hora- ya está dormida, mañana tiene que madrugar.
-Cierto, entonces mañana vengo más temprano.-le sonreí para disculparme, dando la vuelta a mi departamento, a lo cual solo escuché la puerta de su departamento cerrarse.
Me dirigí algo insatisfecho a mi habitación, tenía tantas ganas de entregarle la carta y arreglar todo rápidamente, pero como todo, habría que esperar el momento para hacerlo, así que deje la carta sobre la mesa de noche esperando el mañana. Quería dormir para que el tiempo pasara más rápido, pero hoy era de esos días en los que tenía tantas emociones que no me dejaban poder cerrar siquiera los ojos, sin embargo, esta vez era diferente, ya que esto me ponía feliz.
-Daniel, ¿desayunarás?- la voz de Jota se hacía presente, a lo que me desperté inmediatamente.
No supe en qué momento me quedé dormido, solo sabía que hoy era el día, hoy o nunca.
-No, tengo que ir a verla- Dije levantándome rápidamente para tomar la toalla e ir al baño.
-¿Ver a quién?- preguntó.
-A Cami, tengo que entregarle algo.
-Pero ella ya se fue- miró el reloj de su celular.- hace como dos horas.
-¿Irse a dónde?- Pregunté algo preocupado.
-Valeria me dijo que se iría a España a hacer unas pasantías, o ¿prácticas?... o ¿era su servicio?....
Al escuchar "España" salir de la boca de Jota algo dentro de mi corazón comenzó a doler, junto con el tiempo que comenzó a dejar de correr. Salí del baño y me senté sobre la cama, Jota seguía hablándome pero la verdad es que no lo escuchaba, todo se había detenido. Al voltear a mi buró vi la carta encima, ahora ella ya no podría leerla.
-¿Te han dicho que te rindes muy fácil?- escuché a Diego hablarme del otro lado de la puerta, a lo cual la abrió ingresando a la habitación y aventándome unos pantalones. -Smoke está por salir al aeropuerto, el vuelo se retrasó e irá a llevarle algo que se olvidaron- tomó la carta y me la mostró.- es tu oportunidad ¿la perderás de nuevo?
Sin decirle nada tomé la carta y los pantalones, al igual que una camisa de paso, salí en busca de smoke, el cual ya estaba por ingresar al elevador para bajar al auto, le grité para que me esperara y poder bajar con él.
Los minutos dentro del auto para llegar al aeropuerto se me hacían eternos, sentía que el tráfico había aumentado, al igual que las cuadras se habían hecho más largas, solo escuchaba como Smoke me decía a cada rato que llegaríamos pronto, pero en unos casos lo veía imposible.
Al paso de unos minutos que para mi parecían horas, llegamos al lugar, smoke me bajó en la entrada dándome las indicaciones para saber a dónde dirigirme, entré corriendo y desesperado en busca de Cami, voltee por un momento a ver los aviones que estaban parados en la zona, de un momento a otro mis pies dejaron de reaccionar al verla abordar en aquel avión.
Cami se iría a España, había decidido mantenerlo en secreto ya que no quería despedidas, pero justo ahora yo tendría que despedirme de ella sin poder siquiera hablarle, verla subir al avión era ver irse las esperanzas de nuestra historia.
A lo lejos pude observar a Airam parada cerca de un mostrador, estaba algo desesperada, cuando me acerqué más pudo verme, a lo cual reaccionó un poco confundida.
-Aquí están las cosas- dije entregándole una pequeña bolsa.
-Llegaste un poco tarde- terminó por decir, tomando la bolsa para después ir al mostrador y entregarla.
Me quedé ahí parado, Smoke no tardo en llegar, al parecer notó mi cara de tristeza.
-¿La viste?- preguntó.
-Si, pero no la alcancé- respondí a duras penas.
-Listo, si podrán dársela- Interrumpió Ai.
-¿Se la darán en la mano o se ira con las maletas?- Preguntó Smoke.
-Me dijeron que se lo darían a un personal para que lo subiera arriba, porque abajo no podría ir, así que si- respondió emocionada.
-Entonces si podrá leer tu carta- Dijo Smoke volteando a verme.
Mientras Smoke me decía las instrucciones para llegar con Cami metí la carta en la bolsita, en ese momento no sabía bien si funcionaría y en realidad no tenía esperanzas de que esa bolsa llegara a sus manos, pero parece que al final si funciono.
No pude despedirme personalmente de ella, pero podrá llevarse consigo una parte de mi corazón y todas aquellas palabras que no pude decirle en cara. Solo espero que me perdone, mientras tanto estaré aquí esperando.
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𝓜𝓲𝓵 𝓓𝓮𝓶𝓸𝓷𝓲𝓸𝓼. 𝙳𝚊𝚗𝚒𝚎𝚕 𝙶𝚊𝚕|| ωιρℓαѕн.
FanfictionDonde Camilia se muda junto con sus amigas a CDMX y conocen a los chicos, enamorándose unilateralmente de Daniel. O donde Daniel conoce a Cam y le da miedo volver a amar.