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Maratón 3/5.

Cuando Nejire preguntó cómo había salido la visita a su madre, Izuku no pudo evitar romper en llanto mientras le contaba todo con extremo detalle.

La tranquila y dulce chica espero paciente que él terminara de hablar, aún si su voz se cortaba cada dos palabras. Cuando él llegó al final, ella solo le agradeció.

-Te agradezco que hicieras esto por mi, Izu. Probablemente ella se mostró fuerte ante tu visita pero puedo apostarte mi cabello azul a qué lloró cuando saliste de casa. Mamá siempre ha sido así, dice que no le gusta que la vean sufrir porque la hace sentir inútil.

- Oh, no te preocupes. Me alegro de que ahora ambas puedan tener paz.

Izuku entonces pensó que Nejire era igual a su madre. El también podría apostar sus pecas a que Nejire lloraría después de atender al siguiente cliente de la noche.

Más tarde, se preguntó qué pensaba Katsuki al cuestionarle quién era.

Nadie va por la vida preguntándole su nombre a extraños. Al menos nadie medianamente cuerdo.

Pero Izuku no quería sobrepensar el asunto, después de todo, no conocía a ese hombre y sus intenciones. 

A tres segundos de haberlo meditado, soltó una estruendosa risa.

-¿Estás bien, Izu?    

-No te preocupes Neji, solo tuve un pensamiento tonto. ¿Qué intenciones podrían ser peores que las de las personas que nos tienen aquí?

-No lo entiendo.

-¡Exacto! 

Ninguno de los dos habló luego de eso. 

El lugar dónde nacen las flores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora