Prólogo.

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Está historia es en algún punto un reflejo de mí misma y de mi dolor, que transmuta en un personaje, en otro y luego en otro, hasta que pierdes la noción.

La escribí en medio de mis duelos como consejo de mi terapeuta, así que probablemente esté llena de metáforas, sin sentidos, huecos argumentales y demás cosas, porque no tiene el fin de ser perfecta si no de hacer sentir algo en el lector.

Sin más, cierro con una dedicatoria para aquellos que lamentable ya no iluminan mi cielo.

Lilia, te amo. Eres mi persona.

Tú me haces ser valiente.

Alex, gracias por enseñarme que aún en las noches frías siempre tendré una fogata en la cual refugiarme.

Tu me hiciste entender que el amor siempre viene en diferentes recipientes.

El lugar dónde nacen las flores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora