8; terciopelo

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Las hojas crujían bajo sus pies, todos iban en absoluto silencio. Morgan temía que su respiración se escuchase tan fuerte que Hankel la oyera y atentara contra Reid.

Era difícil ver entre la oscuridad y los árboles, pero no muy lejos de ahí, se distinguieron algunos ruidos. Aún con más precaución, se acercaron hacia ahí.

—Sólo hay una bala en el arma—Morgan escuchó a Hankel decir aquello y después un disparo, que juró el sentirlo en el corazón.

—¡Reid!—gritó, acelerando el paso.

—!Morgan!—bramó Hotch. —No corras, sabes que hay peligro, mantente al margen con nosotros.

—Hotch, un disparo-

—¡Lo sé!, pero no sabemos quien le disparó a quien, así que no arriesgues todo lo que hemos hecho para llegar aquí.

Mordió su mejilla tan fuerte que sintió la sangre emanar de ella, el sabor metálico característico pero su jefe tenía razón, no podía adelantarse y echar a correr para llegar antes, si Hankel estaba armado, debía tener paciencia.

Tan solo avanzaron unos cuantos metros, y pudo visualizar a Reid ahí, de rodillas junto al cuerpo de Hankel, parecía estar bien, dentro de lo que cabe y Morgan después de lo que pareció una eternidad, pudo respirar tranquilo.

—Reid—murmuró, pero el chico no lo veía, estaba perdido mirando a su captor.

—Lo siento—lo escuchó susurrar.

Comenzó a levantarse con dificultad, podía sentir el dolor que el menor sentía, y el daría lo que fuera por estar en su lugar.

—¿Estás bien?—preguntó Hotch, quien lo tomó del brazo rapidamente al verlo tambalear.

—Sabía que entenderías—fue lo primero que respondió con voz quebradiza, para después abrazar a Hotch.

Morgan vio como Reid soltó a Hotch, y de inmediato JJ tomó su lugar.

—Lo lamento—dijo.

—Descuida, no fue tu culpa.

JJ, se le quedó mirando mientras tenía aun entre sus brazos al menor, poco a poco se separó de él, para que Reid quedara frente al moreno.

—Derek—salió de los labios pálidos de Reid.

—Spencer—respondió.

Morgan no pudo esperar más para tenerlo entre sus brazos, inmediatamente lo tomó entre ellos, sintió como Reid temblaba, éste enterró su rostro en el cuello del moreno, así que Morgan pudo percibir la respiración agitada del menor.

Cerró los ojos disfrutando del momento, la verdad no le importaba donde estaban, quienes estaban a su al rededor, nada, sólo se concentró en apretujar a Reid, no quería dejarlo ir y mientras el chico se lo permitiera, el seguiría ahí, junto a él.

Había tantas cosas que tenia que decirle que le era imposible ponerle un orden en su mente, pero sabía que no era el momento, Reid estaba débil, no solo físicamente también mental, y no quería aprovecharse de su estado de vulnerabilidad.

—Denme un m-minuto a solas—murmuró, separándose de Morgan, mirándolo a los ojos y después mirando a los demás.

—Está bien—respondió Guideon.

Todos comenzaron a caminar de vuelta a las camionetas que estaban más allá de la cabaña donde fueron primero, y cuando Morgan se aseguró que nadie miraba hacia atrás, se acercó a Reid de nuevo, lentamente, para dejar un suave toque de labios en su frente.

𝑫𝒆́𝒅𝒂𝒍𝒐 (𝑴𝒐𝒓𝒆𝒊𝒅)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora