ROMA

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Niña de mis ojos,
corazón partido,
ojalá no te miren otros ojos,
como lo hizo ese mal nacido.

Llegaste a mi echa pedazos,
y yo te pegué paso a paso,
te di todo mi amor,
y ahora solo queda rencor.

Tal vez no fue el momento,
tal vez no fue la persona,
pero quedan recuerdos,
de esta triste historia.

Tus ojos azules
y mis labios rojos.

Ni siquiera pegaban,
pero hicimos un esfuerzo,
y nos besamos por primera vez en febrero.

Sin saber que no era eterno,
nos enamoramos perdidamente,
sin saber como hacerlo,
pero fuiste mi confidente.

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