CAOS

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Es cierto, lo que dice aquella teoría sobre el precioso batir de alas de una mariposa, que sin intención alguna, podría provocar un tsunami en la otra punta del mundo. Pequeños cambios dan en un futuro incierto una variedad de posibilidades inmensurables. Tal vez, si de pequeña no me hubieran mimado tanto, me conformaria con lo que sea; y si me hubieran ignorado un par de veces tendria algun tipo de necesidad interna de conseguir ese afecto.

Todo eso y mucho mas era el caos, porque había muchas maneras de verlo. Yo, en mi caso, lo veía con arte, las perspectivas que teníamos no serían nunca las mismas; la manera en que los colores se estrellaban en el lienzo sin ton ni son, demostraban un carácter fuerte, hacia lo que quería, no se dejaba nada dentro; para otra persona podría ser un claro desequilibrio que expresaba frustración, golpes secos que daba para decir sin palabras todo lo que callo en su momento; y para otros simplemente había dejado caer pintura en el y lo vendía por una cantidad claramente desmesurada, comparándolo con el dibujo de un niño de 3 o 4 años.

Era lo que estaba haciendo yo en ese preciso instante, en un parque de mi ciudad donde se respiraba tranquilidad, una zona familiar y acogedora donde sentirse segura. A las 7 a.m. habia decidido cargar con un pequeño lienzo cuadrado en una bolsa, junto a la pintura, pinceles, agua y algo para comer tranquilamente mientras escuchaba canciones aleatorias de mi playlist de spotify. En cuanto llegue y vi aquel gran árbol lleno de raíces enormes y una sombra donde protegerme del sol, decidí que me sentaría junto a el, y si no encontraba inspiración haría un boceto de el. Tras instalarme vi a niños correteando, madres charlando, adolescentes encapsulados en sus móviles y un chico; no supe identificar nada de el, estaba solo, escuchando musica, con un libro anotando cosas en el y despues me percate, se acerco dos dedos a la boca, aspiro fuerte, y despues dejo ir el humo lentamente, mientras lamia su labio inferior.

Fumaba.

Había estropeado completamente mi romanización de esa escena, suspire aliviada, me gustaba eso, lo inesperado, lo desconocido, el caos, me gustaba el, pero eso lo descubriría mas tarde.

Inspirada, empecé con el boceto, aun no sabia que era exactamente, pero sabia quien seria mi musa ese dia. En cuanto termine el boceto empecé a darle color, poco a poco, debía ir por capas para captar toda su esencia y quedarme mirando a ese extraño de vez en cuando para asegurarme de palpar ese caos interior, lo reprimido que estaba, las expresiones que hacia cada segundo, y finalmente, en cuanto termine mi cuadro, que era algo así como un ángel de alas azules, rozando el blanco y el dorado, con una inexplicable luz, rozando la del sol, y oscuridad, mucha oscuridad que se arremolinaba a su alrededor, sin saber exactamente cual de los dos era aquel ángel; o tal vez, era los dos, o todos los colores y muchos mas que el ojo humano era incapaz de apreciar. Y junto a el, una mujer; ambos acostados, de una forma en la que no sabia quien de los dos sufría, quien estaba sujetando al otro como si se fuera a romper en cualquier momento; pero, tal vez, lo hacían ambos, porque a veces en tu vida aparece ese alguien con quien compartes penas y os sujetáis mutuamente.

Igualando la balanza, los dos, son los mismo, valen lo mismo y sienten lo mismo.

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