FIN

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Bajo la lluvia fría y arropado por el viento, Harry vaga en silencio por las vacías calles de Denver.

Es triste y extraño pensar que, hasta hace un par de horas, estuvo paseando junto a Louis por las mismas avenidas.

Su cabello mojado gotea hacia el pavimento, que resulta ser casi tan gris como el día.

Harry no sabe qué hacer.

Le pesa el corazón, y no puede hablar de su alma, porque ya no le pertenece.

El mundo se siente tan distinto ahora.

Respira profundamente y deja salir un largo suspiro por sus labios. De cualquier manera, y retrocediendo sobre sus pasos, se da cuenta que, si no hubiera conocido a Louis, sería la persona más triste y desdichada que alguna vez pisó la Tierra.

Ahora se siente un idiota por haberle pedido a Louis un tiempo para pensar. Quizás debería haber aceptado ese último abrazo.

Con la punta de su pie, enfundado en sus zapatillas blancas, patea una piedrita que se entromete en su camino.

Realmente no está siguiendo una dirección hacia algún lado, pero tampoco lo haría porque no conoce ni siquiera el cielo de este Estado.

En lo único que su mente, entre cansada y agobiada, puede pensar es en Louis.

La tristeza en sus ojos azules cuando Harry decidió pedirle un tiempo, un espacio para pensar todo lo que acababa de decirle. La lágrima que rodó rebelde por la mejilla de Louis y que luego terminó en el suelo, marcando la alfombra.

Harry quiere gritar, destrozarlo todo. Algo le arde en el interior y no sabe qué mierda es. Sólo es consciente que necesita a Louis, que añora un abrazo suyo que le acomode la pena que lo hace ir arrastrando los pies como si estuviera muerto en vida.

¿Qué gana demostrando su orgullo? ¿Dignidad?

Literalmente un demonio, que no es nadie más ni nadie menos que el hijo del diablo, tiene su alma. Ya nada puede ir peor.

Maldiciéndose a sí mismo por tardar tanto tiempo para darse cuenta que siempre fue Louis, que jamás debió dudar, se voltea sobre sus pies y comienza a correr en dirección hacia, donde recuerda, está estacionado el tour bus.

Sus pies chasquean contra el pavimento, salpicándose la ropa ya mojada, con agua estancada de charcos que se ocupan gran parte de las veredas.

Bailando con el viento, su remera se ondea permitiendo el paso del aire. Harry tiembla del frío, y piensa que pronto estará resfriado.

Pero no le importa cuando se imagina a Louis acostado a su lado, mimándolo hasta que todo esté bien.

Gira en alguna esquina, y un auto que viene de frente pasa sobre un charco y el agua lo empapa por completo, como si no lo estuviera ya.

A Harry no le interesa. Lo único en su mente es cruzar las condenadas puertas del tour bus y abrazar a Louis hasta que la tierra se abra en dos y el rey del infierno lo reclame como suyo.

A lo lejos, y desde su posición, logra observar los destellos de la chapa oscura del tour bus. Ese colectivo que tiene los recuerdos más tiernos como así también los más impúdicos de los dos.

Apresura sus pasos, casi trastabillándose con sus propios pies cuando la locura comienza a asemejarse al vagón de una montaña rusa que va en picada.

Las manos le tiemblan y la respiración se traba en alguna parte de su sistema. Puede mucho más la emoción de volver a ver a Louis y decirle cuánto es que lo siente, que preservar su propia salud.

Physical [L.S] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora