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6. Los gatos adoran las caricias, pero más cuando son de su familia.
El día había sido bastante difícil para Jay, gracias a su resfriado tuvo que poner pausa a su trabajo teniendo que ausentarse varios días.
Cuando regreso apenas había puesto un pie en su oficina, y supo que regresaría bastante tarde a casa al ver una montaña de papeles en su escritorio.
No había podido siquiera darle un sorbo a su café o comer algo en el transcurso del día por estar ocupado.
Al caer la noche llegó a casa, algo que sucedió rápido pues al ser tan tarde no había nada de tráfico.
La casa estaba oscura, supuso que su novio ya se encontraba en la cama por la hora que era.
Se quitó los zapatos, dejó su maletín en el suelo y aflojó la corbata que llevaba puesta, se habría detenido a comer algo o a tomar un baño, pero su cansancio se lo impedía, sólo quería llegar a su cama.
Fue directo a la habitación mirando al castaño en la cama, dándole la espalda.
Se metió entre las cobijas y dio un gran suspiro.
─ Hey... ─ su chico giró saludándole con voz ronca.
─ Hey tú... ─ A pesar de su cansancio le mostró una pequeña sonrisa.
─ Llegaste tarde. ─ susurra.
─ Fue un día bastante pesado. ─ suspiró. ─ Perdón si te desperté.
─ ¿Estás bien? ─ se acercó abrazándolo, acariciando su espalda baja.
─ Excelente ahora que estoy contigo. ─ correspondió su abrazo y besó su frente. ─ Definitivamente todo es mejor contigo.
─ Aww, Jonggie. ─ besó su mejilla.
─ Tus caricias me tranquilizan, tus besos me tranquilizan, tú me tranquilizas después de un día agotador.
HeeSeung besó sus labios suavemente y acarició su mejilla, Jay sólo pudo recostar su rostro en la mano de su novio esperando que siguiera proporcionándole aquellas caricias.
─ Eres como un pequeño gatito, sólo falta que empieces a ronronear.
Ambos rieron por lo bajo.
─ Deberíamos adoptar uno. ─ volvió a hablar, está vez emocionado.
─ ¿Y que tome mi lugar? ─ el menor negó. ─ No, ni lo sueñes... tus caricias sólo son para mí, tu amor sólo debe ser para mí.
─ Bebé, no seas envidioso.
─ Tú y yo estamos bien así, no necesitamos compartir amor con otros, yo puedo ser tu gatito. ─ maulló haciendo reír a su novio.
─ ¿Así que no puedo compartir mi amor con otros que no seas tú? ─ Jay negó divertido. ─ ¿Ni con los pequeños JungWon y Sunoo?
El chico dudó por unos segundos.
─ Tal vez, un poco...
─ ¿Qué pasará cuando llegué alguien más? ─ cuestionó haciéndose el inocente ante el tema esperando que Jay captará su idea a la primera.
─ ¿Cómo?
─ Mmm, no lo sé... agrandar nuestra familia...
El menor sonrió de lado.
─ Te refieres a un bebé... ─ afirmó llevando una de sus manos al vientre de su novio. ─ Tú lo llevarás aquí.
─ No, yo no. ─ Ambos rieron.
─ Cuando llegue el momento sé que habrá demasiado amor que dar para todas las personitas que corran por la casa. ─ los ojos de HeeSeung se iluminaron. ─ Pero por ahora sólo tú eres mi familia y aprovecharé todas y cada una de tus caricias porque sabes que me encantan...
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