UN MISMO DESTINO.

CAPITULO VEINTISEIS

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La Ojijade escucho las risas a su espalda mientras caminaba hacia la cocina para comenzar a servir la comida. Ella misma se vio sonriendo, feliz al ver que Sasuke tenía un trato más cercano con su hermano.

Había sido verdad lo que había dicho con anterioridad, estaba cabreada de malas noticias, primero Sasuke herido, después la renuncia de Kakashi y ahora la información exasperante de Itachi.

¿Como iban a lograr detener a esos tipos si sus planes de respaldo tienen sus propios planes de respaldo?. --- Pensaba constantemente mientras estaba encerrada en el baño.

El miedo la estaba carcomiendo desde el día que Sasuke estuvo a punto de morir, le había sido difícil reconocerlo frente a el, pero no había tenido opción, el miedo de perderlo había logrado que aquellas palabras hubieran salido de su boca antes de que pudiera controlarlas.

Había estado atenta a la conversación de los hermanos antes de salir del baño y su corazón se estrujó con dolor al escuchar a Sasuke decir que la amaba más que a su propia vida y que además se sentía culpable.

--- yo también te amo más que a mi propia vida, y te protegeré con todo lo que tengo...--- Susurro con su frente apoyada en la puerta del baño para un minuto después salir de aquella habitación y actuar con despreocupación.

El almuerzo fue muy agradable, Sasuke sonrió más y su trato con Itachi fue más cercano y amable. Y Sakura notaba la auténtica felicidad del Uchiha mayor en su rostro.

<< Quiero que esto perdure...>> Pensó la Ojijade observando a ambos hermanos. <<Haré que esto perdure...>>

CAPITULO VEINTISEIS:

Las siguientes dos semanas habían pasado con tranquilidad, aunque hace 4 dias Sakura tuvo que volver al trabajo ya que sus días de vacaciones adelantadas se habían acabado, pero a pesar de su extenuante trabajo, se negaba a realizar horas extras o turnos nocturnos con tal de volver temprano al departamento.

Junto a Sasuke.

El azabache o su paciente personal, había permanecido en su departamento bajo su estricto cuidado y ya se encontraba bastante mejor, la sutura de su cirugía estaba casi cicatrizada, su cuerpo podía moverse con mayor facilidad y se negaba a estar de vago, por lo tanto, a penas se sintió en la capacidad de permanecer sentado sin sentir mayor dolor, se puso a trabajar.

Sakura se lo permitió con la estricta condición de que tomara intervalos de tiempo para descansar. Sabia que no podría prohibírselo, su trabajo era importante, sobre todo por todos los riesgos que estaban corriendo, además que los malos seguían con sus negocios de trata de personas.

Unas horas antes de terminar su turno, ella misma había atendido a una joven que llego casi muerta al hospital, la pobre chica de tan solo 16 años de origen colombiano había sido abusada, sodomizada y golpeada hasta casi la muerte por su proxeneta y se negaba a hablar de él.

--- Te quedaras hospitalizada, sufriste heridas y golpes importantes --- Explico Sakura a su paciente. --- Tengo que notificarle a alguien que te encuentras hospitalizada, ¿tienes algún familiar o alguien a quien pueda llamar?

La chica negó con la cabeza.

--- Ok. entonces llamare a la policía --- Menciono Sakura y un segundo después la joven tomo su mano llamando su atención.

---No... Por favor... policía... no. --- dijo la joven y la Ojijade se sorprendió. --- Ellos... ellos... --- tartamudeo la joven mirando su cuerpo magullado. Su voz sonaba rasposa y era evidente que le dolía ya que su cuello estaba pintado de azul, lleno de moretones en un intento de asfixia.