CAPÍTULO 2/El desierto Scoprion.

4 3 3
                                    


El pueblo donde ahora se encontraban lleva por nombre Ludria, se encuentra en los limites con el continente vecino, es un lugar con el mayor índice de mazmorras sin explorar de todo Trestia. Por lo mismo, es cuna de muchas organizaciones de todo tipo.

En un carruaje tirado por dos caballos yace en su interior un pequeño grupo de aventureros. Se trata nada más y nada menos que de Alexander, Stella, York y Celia.

—¿Cómo lo llevaste estos días que te di? —. Preguntó York, mirándolo con curiosidad.

—No obtuve resultados, hasta hace unos días ni siquiera sabía que era capaz de ocupar magia ¿No es algo que se aprenda la magia? —. Consulto Alexander, mirando su varita con atención.

—Claro que se aprende, por eso estaba tan confiado de que sabía lo que hacías, pero, si no lo tienes tan claro, quizás deba entregarte otra arma y pensaremos como solucionarlo —. York se mostraba comprensivo, su amabilidad no conocía limites, y esto fue bien recibido por Stella, la cual lo observaba con cierta admiración.

Se le entrego una espada, la cual colgó en un cinturón.

—¿Sabe usarla? —. Interrogo Celia, mientras arreglaba los virotes que usaba su ballesta.

—Se que debo agitarla de un lado a otro —. Exclamó Alexander, orgulloso.

York termino por finalizar la conversación con un suspiro.

El conductor de la carreta iba a toda velocidad, surcaron planicies interminables, el paisaje era digno de una postal de fantasía. Algunos animales pastaban las infinitas llanuras y, finalmente, llegaron a las faldas de una cadena montañosa.

No existía nube alguna, otorgando un hermoso color azul al cielo.

Fue entonces cuando descendieron de la carreta y el conductor comenzó a armar el campamento justo a las afueras de una cueva que tenía una puerta.

—Mi nombre es Arthur, seré el encargado del campamento. Yo solo me limitare a tenerles la comida lista y el transporte, les deseo suerte muchachos.

El amable anciano animo a todos con sus palabras, se notaba que era un hombre curtido en su trabajo, logrando hacer fuego con el chasquido de sus dedos.

Parecía ser un hechizo muy simple de magia elemental, algo que llamo profundamente la atención de Alexander.

«Quizás deba consultar con él sobre el tipo de magia que poseo, si existe más de un tiempo como en los animes, es algo que debo saber.»

—Deberíamos ingresar ahora, aprovecharemos el día y para cuando se haga tarde saldremos de la mazmorra. El plan es el siguiente, yo iré adelante, seguido de Celia, luego Stella y la retaguardia la cubrirás tu Alexander ¿Entendido? —. Exclamó York, sus palabras reconfortaban al grupo, la seguridad en su voz hacía a todos confiar.

Asintieron y se dirigieron a la puerta que daría entrada a la primera mazmorra que Alexander y Stella conocerían.

Con dificultad la abrieron, levantando una nube de polvo que los hizo toser. Se trataba de una escalera que descendía hasta lo más profundo, una escalera en caracol que se encontraba en completa oscuridad.

El anciano le lanzo una antorcha encendida a York antes de ingresar, con la cual guio el camino para todos.

El descenso fue ciertamente aterrador, los pasos de todos rebotaban con ecos por todo el lugar, si había o no alguna criatura no lo sabrían hasta bajar al final.

Después de unos inquietantes y claustrofóbicos minutos, llegaron a la primera sala, la cual era una vieja biblioteca abandonada.

—Que curioso, mi contacto no se equivocó, este lugar esta sin explorar. Sigamos adelante y por favor no toquen nada —. Dijo York, marcando el paso.

Isekai QuestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora