Capitulo 9

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—Entonces...que paso para que hicieras lo que hiciste.

La noche había llegado al apartamento de los gemelos, su sumiso se encontraba abrazado por dos mantas calentitas, a puertas cerradas ambos tenían en sus bocas un cigarrillo, ya se estaban terminando la caja que hace poco habían comprado así que era hora de resolver problemas.

Estaban abastecidos de estos, llenos de demasiado en las manos, aun así, tales episodios no era dolores de cabeza para los hombres que se encontraban dentro de la oficina de pent-house.

—Tu y yo sabemos por qué.

—Se perfectamente que la respuesta es Louis, pero te pasaste hermano...—Edward miraba la mirada seria de su gemelo con las mismas facciones que él, era cierto que era su hermano, sabía que era lo que estaba protegiendo y el cómo serían las acciones para que tal promesa se cumpliera en todo momento, pero aquello que estaba pasando en esa bóveda no era...no era lo que estaban buscando.

—Tu no lo entiendes...—Harry rio suevamente dejando caer las cenizas en el cenicero junto a el—Aunque deberías, tú también estas en esto conmigo, tu eres el jodido cerebro junto a mí de esto no puede simplemente decir que no lo entiendes ¡deberías de entenderlo Edward!

—No entiendo porque alzas de esa manera la voz cuando Louis está a solo unos pasas de ti, te puede escuchar ¿Por qué me alzas la voz? ¿acaso he sido yo el responsable de esa mierda?

—No, lo siento—El de cabello más largo tomo un suspiro, llevo sus manos a sus rizos envolviéndolos en un pequeño rollo sobre su cabeza, estaba perdiendo La poca paciencia que tenía dentro de su cuerpo, estaba seguro explotaría en cualquier momento. El mismo con sus propias manos se encargaría de sacar esa basura sin respeto alguno por quienes eran ellos.

—Bien, ya que estas calmado responde mi pregunta.

—Louis, sabes que es el Ed...no puedes detenerme, no te atrevas a hacerlo voy a hacer lo que este en mis manos para ver con mis propios ojos su sangre con o sin tu autorización.

Edward busco entre su saco otro cigarro, aquella caja no había sido suficiente para que el dolor de cabeza que se estaba generando cese en cuestión de momentos. Alzo sus hombros tendiéndole poca importancia a lo que salía de la boca de su gemelo.

—Puedes hacer cuanto quieras, incluso tú eres un poco más responsable que yo. No te reprocho por querer matarlos lo hago porque tus medios no son los más...como decirlo, impecables.

—¿A qué te refieres?

—Vamos Harry no puedes simplemente enterrar a un hombre detrás del patio de su jodida casa esperando que esa mierda no huela mal después de días. Por otro lado, esa chica la van a encontrar en algún momento si la dejaste a la deriva de esa manera ¿lo sabes verdad?

El hombre que Harry había torturado una vez había tenido una muerte realmente trágica, el cuerpo había quedado tan deforme por los golpes y todos los desprendimientos de cada parte del cuerpo que le pareció bueno idea por parte del gemelo hacérselo llegar a aquellos que creían tenían algún tipo de control sobre ellos.

En cuanto a la pobre chica que llegó a ser vista por los ojos de Harry salir de la biblioteca, habría tenido un fin un poco menos trágico. Al menos no por las manos de los hombres de los gemelos de eso estaba seguro sino más bien por animales hambrientos del bosque. Aquellas señales poco sensibles de los hombres habían sido claras para aquellos que desearan tener si quiera algunos metros cerca de su sumiso y de sus personas.

Tenían muchas cosas de las que ocuparse últimamente.

—¿De qué mierda hablas? Ese hombre estuvo bien enterrado en su jodido patio y esa chica se perdió sola, no es mi culpa que la muy maldita estuviese drogada...—Edward se postro a su lado observando la vista de Londres, dándole una calada al cigarrillo riendo suavemente por el comentario.

FIRE IN YOUR EYESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora