Seis.

50 10 3
                                    

Wonwoo acaba la tarea cuando el sol comienza a asomarse por la ventana de su habitación. Hace que se quede mirando un buen rato antes de adjuntar todo en un correo y enviarlo a su profesor. Luego apaga su computador y se dispone a dormir aunque sea un poco antes de continuar.

Su habitación se siente un poco vacía, pero no puede ir a la de Jihoon ya que estará peor que la suya. Ji no está, para iniciar.

Es normal que algunas veces no llegue a casa cuando compone algo en el estudio de la universidad. Sumándole el hecho de que últimamente ha estado estresado con ello así que se salta la parte de llegar a casa para acurrucarse con Wonwoo o incluso saludarlo o comer con él o...

Se detiene por un momento.

¿No es eso evitar a alguien?

El sonido de la puerta exterior hace que de un brinco. No importa lo desesperado que luzca ante la acción, necesita al menos oler a Jihoon ahora que descubrió que ha estado siendo ignorado.

No es Jihoon quien lo espera cuando llega a la puerta.

— Hey, Wonwoo.

— Hola, Jeonghan-hyung. ¿Qué estás...

— Ji me pidió algunas cosas. — El omega levanta el juego de llaves que muestra a Iron Man en ellas. Wonwoo olisquea el aire, huele a manzana pero se mezcla demasiado con el aroma de Jeonghan. No se tranquiliza con sólo eso.

— ¿Por qué él no vino? — Tosé, siente que su voz demasiado baja. Quiere volver a hablar pero el suspiro de Jeonghan le hace ver que lo oyó.

— Dijo que tenía que quedarse aún, está demasiado ocupado ahí. Incluso pusieron una manta y unos sillones. Estoy haciendo que coma, así que no deberías preocuparte por eso. — El mayor se mueve, dándole la espalda y caminando hacia la habitación de Jihoon. El aroma no es al que está acostumbrado, sino la mezcla del desinfectante de suelo y el de sábanas.

Sigue a Jeonghan como un perro pateado.

— ¿Él no vendrá?

— Sabes como es. — Jeonghan saca la maleta de mano de Jihoon mientras habla, la deja en la cama y luego se dirige al pequeño closet. Wonwoo se queda quieto, conteniendo la respiración. — Está demasiado inverso en eso y me pidió algo de ropa, también algunas sábanas y una toalla. Ha estado usando la misma sudadera desde que se queda ahí, quizá quiera cambiarla.

Wonwoo siente que hay algo mal en la manera en la que Jeonghan habla. Llevándose las cosas de Jihoon, mencionando la sudadera que se aseguró de que oliera a ambos antes de salir el día después de...

El día después de que casi entró en celo en el teatro.

Se atraganta.

No hubo una conversación de almohadas esa noche, no hubo una en absoluto. Jihoon salió y volvió tiempo después, casi a las once. Su nariz se veía roja y había algo en su mirada, en los pocos minutos que pudo captarla. Se coló en la cama de Wonwoo y lo abrazó, unió sus manos detrás de su espalda y no dijo nada. Había olido la angustia en su pequeño alfa y aún así, sólo devolvió el abrazo. No hubo palabras.

La mañana siguiente a esa Jihoon le pidió a Wonwoo una sudadera. Le había dado una que uso días atrás y que mantenía su aroma activo. Jihoon había sonreído y le dio las gracias. Tomó su guitarra junto a su mochila y salió. No había sido nada del otro mundo, pero en retrospectiva había algo que se estaba perdiendo.

— Ha sido una semana, hyung. — Jeonghan se detiene de meter la ropa interior de Jihoon. Suspira y niega, levemente frustrado.

— Bueno él...

— ¿Por qué te lo pidió a ti? Podría haberlo hecho yo, su ropa y sudaderas, las toallas o las sábanas. Sé donde están así que, ¿por qué no llamó? ¿Le pasa algo?

— No es eso, Won-

— ¿Entonces que? Podría ir al teatro y entregarle sus cosas, y al menos verlo porque siento que algo está mal y no lo entiendo.

— Él no quiere que vayas.

— ¿De que hablas?

— Y woao, no pensé que hablabas tanto. ¿Has estado pensando mucho en eso?

— No, lo hice hoy. Hace un momento después de acabar un escrito. — Puede sentir el calor en su cuello, la vergüenza de no haberlo pensado antes queriéndose hacer presente. — ¿Por qué él no quiere que vaya?

— Sabes, no creo que yo tenga que decirlo. — Jeonghan termina por meter un juego de toallas rosas a la maleta antes de cerrarla. La toma y regresa en sus pasos, ignorando a Wonwoo que estaba en la puerta. El menor solo puede seguirlo. Aún tiene preguntas.

— ¿Pero él te lo dijo?

— Me contó algo. — Jeonghan voltea. El omega tiene la nariz arrugada. — Y le dije que debía hablar contigo pero es un cabezota. ¿No podías haber escogido a alguien menos testarudo?

— Yo, no.

— Ya sé. Tsk, creo que fue mi culpa el haberlos presentado.

— ¿Por qué lo dices?

— No estaría siendo el chico de los recados de Ji ahora. — Muestra la maleta y las llaves. — ¿Recuerdas lo que se dice de alfa y omega?

— ¿Qué tiene que ver?

— Cuando te conocí, yo era un omega más. No tuvimos reacción al otro porque sólo éramos dos personas que no estaban destinadas. — Hay algo que hace que Wonwoo retroceda. Quizá es lo mismo que hace a Jeonghan suspirar mientras se acerca a él. — ¿Tu celo se adelantó? — Quiere hablar pero nada sale de su boca, siente los ojos húmedos mientras asiente. — ¿Y luego en el teatro? ¿Volviste a pasar por un celo?

— Jeonghan hyung, ¿de que estas-

— Hay un omega con el que Jihoon está trabajando. — Wonwoo traga, el aroma a vainilla tan minúsculo se cola en sus recuerdos, su lobo traidor reaccionando a alguien que no era Jihoon. — Después de que saliste con Jihoon se armó un gran alboroto en la sala. Él también entró en celo. — Ahí está de nuevo, el sentimiento ajeno de aquella tarde. Su lobo traidor preguntándole a Wonwoo porque no había ido tras su omega, ¿por qué lo había dejado al alcance de alguien más? Jeonghan continúa. — Tranquilo. Los betas y algunos omegas en la obra actuaron rápido y lo llevaron a una habitación de celo acondicionado cerca de los edificios de enfermería. — Wonwoo se muerde el labio inferior, molesto. Su lobo está molesto, pero él también. No quiere esto.

— Yo soy de Jihoon, Jeonghan.

— Él también es un alfa, Wonwoo.

— Y no me importa, yo...

— Pero a él sí. — El sonido de mensaje hace que Jeonghan saque su teléfono móvil. Lo lee rápido antes de caminar hacia la puerta y abrirla. Voltea antes de irse. — Lo siento, Wonwoo.

Hay un sabor amargo en su garganta. El sueño también está fuera de su sistema después de la revelación de su mayor. Su omega, su omega destinado.

Cuando wonwoo tenía cinco, su madre le contó una historia. Una bella historia de amor donde un alfa y un omega conectaban de manera intrascendente. Se conocían sin conocerse, lo sabían instintivamente y de ahí nacía el verdadero amor. Una historia que Wonwoo siempre esperó tener.

Pero eso fue antes de que Jihoon entrase a su vida. La gran sonrisa que permitía ver sus ojos como media lunas, el pequeño lunar que adornaba su rostro justo debajo de uno de sus ojos. Sus labios rosas y su pequeña nariz. Todo él. Había sido como una simple ventisca que se transformó en un huracán.

— No quiero ese destino, Ji. — No hay nadie más cuando suelta esas palabras. Sólo él. Se mueve rápido para buscar sus zapatos y una chaqueta. No importa si está en pijama. Tiene un lugar a donde ir.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 02, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Don't worry, I love you. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora