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El ruido de las máquinas de jugar, la música tentadora, los gritos eufóricos de los ganadores y los llantos de los perdedores, las fichas estrellándose en alguna superficie, los dados que brincaban sobre la mesa, todo esos ruidos de volumen alto eran ahogados por las gruesas paredes de la sala V.I.P. que se encontraban en el piso superior al área común del casino.
La gente usualmente las rentaban para jugar y beber con un grupo en específico, más sin embargo está ocasión era algo inusual pero ya antes vista.

Se trataba de un niño joven recargado en la mesa de cristal mientras dibujaba con crayolas creando garabatos con sentido mientras esperaba a su padre quien se encontraba abajo. Habían trabajadores que dejaban a sus hijos en una sala V.I.P. ya especializada para esa ocasión pues no fue la primera vez a algún trabajador le había tocado cuidar a sus hijos, sin alguna niñera, seleccionaban la habitación 7.

La cual consistía en una gran sala que contaba con una sala de estar que prometía una espléndida vista a través del vidrio resistente a balas, no por el riesgo de alguna balacera sino más bien por si alguno de los niños tuviera la ocurrencia de atacar la ventana evitar está se rompa arriesgando la saludo de los niños y del casino, por lo cual aquella gran y resistente ventana de vidrio estaba cerrada con seguro evitando algún insidente.

Había una gran y circular mesa de plástico grueso que remedaba el vidrio la cual tenía un patrón como si fuera un tablero de ajedrez gigante, el tapete era gris y afelpado, las paredes estaban especializadas para ser un pizarrón de tiza, tenía algunos juguetes ordenados en un estante pegado a la pared, una área para jugar al té que era en un juego de plástico que remedaba la porcelana, una mesa con 4 sillas de baja estatura, una mesa cuadrada con en medio pintada una flor de caricatura.
La zona que sería el bar estaba remplazada con distintos tipos de jugos y dulces con otro trabajador que atendía con gusto a los niños.

El baño no era de lujo como las de las otras salas, este tenía un banco que siguiera la figura de la taza del baño por si algún niño no alcanzaba la altura para poder sentarse, también tenía puesta un asiento entrenador especial para lo niños pequeños, otro banco para el lavamanos, un gran espejo pegado a la pared para que los pequeños mirarán su reflejo sin riesgo alguno a tumbar el espejo.

Dejando de lado la sala 7, abajo se encontraba Quackity atendiendo a los viciados apostadores que dejaban sus millones caer a la mesa como si de palillos se tratase, repartiendo y barajando las cartas de póker, aveces a su conveniencia, otras a la suerte de los jugadores, era ilegal hacer trampa ¿Pero como negarse cuando un jugador entregaba una noble cantidad de 50,000 dólares por debajo de la mesa?

Simplemente hacia su trabajo servir a la gente, complaciendo a los ricos en busca de perder y ganar millones.

Siendo remplazado por otro trabajador Q se dirigió al baño para mantenerse en calma, habia ocasiones en las que los que apostaban y perdían llegaban a amenazar a los trabajos "inocentes". Era una mierda, si, pero esa mierda les hacía tener una cama de dinero a los mejores empleados siendo Quackity uno de estos.

Entonces, si tenía dinero ¿Por qué no lo utilizaba? Sencillo, ese dinero lo ahorraba para la escuela de su hijo, para la educación del menor y la suya, después de todo apenas tenía 23, podría entrar a una universidad para estudiar alguna carrera obteniendo un mejor ofició, pero ese solo sería un sueño, el dinero iría directamente hacia su hijo, no importaba que, el siempre sería su prioridad.

- Hola Quackity! ha pasado tiempo desde que nos vemos-. Saludaron a sus espaldas.

Reconocía ese asentó británico tan amigable y lleno de calma, era Philza un hombre alto y delgado, tenía una cabellera rubia con algunas canas revueltas entre mechones, sus enormes alas de cuervo era algo que destacaba del hombre a su frente, fuertes y acicaladas. Una envidia total.

- Un placer mirarte Phil -. Saludo con la mejor sonrisa creada, igual y era una simple mascara ¿no es así?

- ¡Big Q! -. Saludo un pequeño de cabellera rubia que salía detrás de las piernas del hombre para abrazar las del azabache quién nunca lo quitó.

- ¿Por qué trajiste a Tommy? -. Cuestionó extrañado, el hombre le tenia prohibido estar despierto pasadas de las 10, eso no evita que anteriormente ya abría traído al menor, usualmente por lo mismo, el niño quería pasar la noche con Tubbo, ya que se hicieron los amigos de los años, tan adoadorable.

- Porque Missa llevó a Chayanne con su familia en México y me dejaron a cargo del mini demonio -. Aclaro el británico jalando de la pechera que le había puesto al menor como de un perro se tratase.

- ¡No soy un mini demonio! ¡Yo soy grande como Satán! -. Vocifero con enojo e inocente el menor con bastante energía.

- Oh pequeño Tom, Quackity es el verdadero Belcebú en persona -. Corrigió el mayor con sarcasmo alegre dándole una palmada con la mano izquierda debido a que la derecha agarraba la correa.

- Si biene a jugar debes dejar a Tommy en la sala 7, hicieron una remodelación -. Declaró sin rodeos, no se ofendió ni algo por el apodo, simplemente lo ignoró.

- ¿ Estas seguro de quedartelo? -. Cuestionó el mayor agarrando de apretando un poco su mano aferrada a la correa del rubio.

- Claro, no hay problema, incluso mejor para Tubs, así tendrá algún con quien pasar la noche, no te preocupes al final puedo llamarte para que lo recojas si no quieres que te deje toda la noche de paz, igual tienes que llenar una ficha con datos -. Aclaro el azabache con una sonrisa honesta mirando al pequeño quien corría como si pudiera safarse en algún punto.

-¿Datos?-. Preguntó el hombre mirando a directamente al hibrido de pato, ignorando al pequeño qué luchaba por su libertad.

Tommy miro con una seja arriba a en busca de piedad pero no dijo nada mientras su mente gritaba ¡Ya suelteme viejo!

- Si, nombre completo de ambos en tu ocasión, tú número de teléfono, domicilio y en caso de apostar, cantidad de dinero que llevas para gastar -. Informó el azabache señalando al aire sus normas con el cigarro sin prender entre los dedos.

- ¿Por qué les importa cuánto gastarán? -. Cuestionó el británico ignorando el cigarro del azabache preparando la mochila del menor para dejarlo correr, ante ésto, el pequeño fue hacia el azabache y pidió que lo subiera.

- Originalmente para hacer cuenta de cuánto necesitan guardar los padres, tutores, etcétera, pero luego dejo de importar así que se quedó como algo extra -. Soltó sin darle importancia subiendo al rubio entre sus brazos, el menor simplemente río en la acción cumplida.

- Bien, guíame a la sala 7 -. Ordenó de forma juguetona dedicándole una gran sonrisa.

El azabache asintió, guío al británico entre la multitud hacia la habitación V.I.P, con una tarjeta abrió la puerta y dio unos paso adelante antes de que un pequeño cabro chocará su cabeza contra las piernas del mexicano.
El azabache bajo al rubio un momento para subir entre sus brazos al cabro y darle pequeños besos para luego bajarle y dejar que conviva con Tommy.

- El trabajador de allá es Bellohom, apellido raro pero he escuchado peores, el se encarga de cuidar a los niños está noche con el vas a poner los datos y todo eso, te dará la tarjeta que abre esa puerta, cómo sea te esperaré abajo porque tengo más trabajo -. Aclaró antes de retirarse de la habitación despidiéndose de los niños con una cara sonriente y sacudiendo la mano.

El azabache bajo y se inundó en el ruido del casino, puso la mejor "cara poker" que pudo, no importaba que tan mezquinos fueran los piropos dirigidos hacía el debido a su "gran trasero" o sus "muslos de jamón".
Todos asquerosos cumplidos que soportaría con tal de tener su paga.

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Yo y los mommy/daddy/family issues cuando:

Luego continuará la historia, ya para el próximo capítulo, por otra parte ¿Por qué no me avisan q lo publique?! Se supone que lo debía publicar ya terminado el episodio.

Total ye el próximo episodio no cometo el error, les quierooo

"Momma Q"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora