XIII

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¿Johan?

¿Por qué no viene?

¿Por qué no me ayuda?

El dolor en mi pierna aumenta cuando el lobo la suelta.

Me volteo al instante.

He perdido agilidad, pero aun así me quedo en una posición baja para intentar escapar.

El lobo se transforma a mi vista en una mujer.

-Te necesito entera, así que no me puedo arriesgar a quitarte la pierna-

Desde mi posición, no digo nada, espero a su movimiento, en cuento hace el amago de intentar tocarme nuevamente, salto intentando golpearla.

Pero soy atrapada por la loba café de inmediato.

Me somete en el suelo, su fuerza de verdad es impresionante, ha logrado inmovilizarme por completo en un par de movimientos.

-No te conviene hacerte la dura... Amanda, no querrás sufrir el mismo destino de tus padres-

Giro la cabeza sin importarme rasparme la cara con la tierra, le miro.

Después de años de intentar olvidar, las memorias de ese día vienen a mí...

Esa herida en la nariz...

Este lobo café... Yo la conozco.

-¿Estelle?-

La loba sonríe mientras me ata de manos.

-¿Te tomó mucho tiempo darte cuenta? Eres decepcionante en verdad, como todos los de tu clase-

Después me ata las piernas sin mucha consideración.

Estelle... ¿Jugamos?

¡Estelle, los lobos nos encontraron! ¡Tenemos que huir!

¡¿Estelle?! Eres... Uno de ellos.

Lloro de impotencia.

-¿Viniste a terminar el trabajo que esa noche los tuyos no pudieron finalizar?-

Estelle se ríe.

Me toma de la cintura y me carga en su hombro, comienza a caminar, alejándome de la casa de los lobos.

-Algo así, pero a ti te necesitamos viva por ahora-

¿Tortura?

¿Trabajos forzados?

¿Miseria?

Me espera de todo si ella me lleva a su manada... No va a existir salida para mi si logra llevarme con ellos.

-No hueles a nada... ¿Tu manada no te perfumó?-

-¿Qué?-

Estelle simplemente suelta una leve carcajada.

-Para marcar las cosas que son suyas, los lobos perfuman, si ellos no lo hicieron, será más difícil que puedan reclamarte a nuestra manada-

¿Perfumar?

¿Por qué los lobos no hicieron eso conmigo?

¿No me consideran parte de su familia?

Mis ganas de llorar no esperan para salir, entre lágrimas y lamentos, en la espalda de alguien que alguna vez consideré un amigo, me siento absolutamente miserable.

-En la cueva de humanos, en tu solitaria cueva... Ya tuviste demasiada suerte huyendo, afortunadamente te he encontrado antes de que tus mejores años pasen-

Casa de lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora