Olor a jazmines...
Johan siente una vibración extraña en el pecho...
No sabe que es ese sentimiento, pero le gusta.
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-¿Por qué... Desapareciste así?-
Miro fijamente los ojos cafés de lobo frente a mí, cafés claros como caramelos.
Él hace una mueca de dolor y baja la cabeza.
-Por vergüenza- La voz de Johan es cansada y un poco distante -¿Cómo me habría atrevido a mirarte después de todo lo que pasó? He perdido toda la cara frente a ti-
Johan está agarrado al césped con demasiada fuerza, incluso lo está arrancando un poco.
-¿De qué estás avergonzado exactamente?-
Johan agacha aún más el rostro.
Mi corazón se empieza a llenar de ansiedad.
Las palabras de Issa ese día regresan a mí.
-¡Cuéntale a Amanda de Josse! ¡Cuéntale como no puedes verla sin ver a Josse en ella!-
El corazón me da una punzada... ¿Me va a decir que esas palabras son reales? ¿Qué al mirarme a mí... Ve a otra mujer?
Tomando un poco de aire, elijo enfrentar esto que me ha mantenido en ansiedad por tantas semanas.
-¿Es porque me ves en mi a Josse?-
Johan levanta la cabeza tan rápido que me sorprende que no se haya lastimado al hacer el movimiento tan brusco.
-¿Qué?- Me mira desconcertado y un poco dolido –Por supuesto que no Amanda... Lo que dijo Issa ese día... Ah... Déjame explicarlo-
Johan se sienta adecuadamente, se talla los labios de forma inusual.
No sé porque, pero me detengo más de la cuenta en verlo en esa área.
-Tengo un problema... Con salir del límite del territorio- Suspira un poco derrotado –Es un problema tan grave que se ha convertido en una fobia a lo largo de los años... Y fue detonado por un trauma que tengo de cuando vivía en mi manada natal-
Johan vuelve a tallarse la boca, pero esta vez con un poco más de violencia.
-Ese trauma tiene mucho que ver con Josse... Issa lo dijo porque estaba enfadado de que por culpa de mi pasado no fui capaz de ayudarte antes que ellos... Y tiene razón, sentí mucho miedo al ver cómo te alejaban del territorio, y no pude hacer nada, entré en pánico, realmente... Fue como si todo mi ser dejara de funcionar, por una parte, quería ir a ayudarte y por la otra no podía moverme por el miedo que sentí con la sola idea de poner un pie fuera del límite del territorio, soy un desastre... Se supone que acordamos protegerte y yo te puse en un riesgo totalmente innecesario, es mi culpa, mi responsabilidad, de verdad lo lamento mucho-
Johan acerca su mano un poco a la mía, pide permiso para tomarla y yo se la cedo.
El lobo está llorando nuevamente mientras me explica todo.
-Soy un idiota Amanda... Un cobarde... Debí haberte ayudado yo debí... Hacerlo mejor, lo siento muchísimo, en verdad, perdón, si todo hubiese salido peor de lo que resultó la culpa hubiese sido solo mía por ser un incompetente por no poder protegerte... Ese peso va a estar en mi conciencia siempre-
El lobo levanta la mirada, entrelaza nuestros dedos.
-Esa es la verdad... Mi vergüenza proviene de todas las cosas malas que te he hecho... Y entiendo perfectamente si no deseas perdonarme nunca-
El lobo separa sus dedos poco a poco de los míos, espera mi respuesta.
Ahora que sé lo que realmente pasó... No estoy enojada.
Porque entiendo ese miedo.
Ese irracional miedo a saltar a lo desconocido, a dejar el área de confort, lo horrible de si quiera pensarlo, lo doloroso y asfixiante que se vuelve cuando quieres hacerlo.
Yo tenía miedo a aceptar que mis padres habían muerto... Y por eso esperé y esperé en la cueva, imaginando que un día vendrían por mí como lo prometieron...
Que ilusa.
-¿Es verdad... Que te recuerdo mucho a Josse?-
Johan pincha mi nariz.
-No- El lobo sonríe, las lágrimas se detienen y mira el jardín, respira hondo –Josse es un tema del que me cuesta mucho hablar sin romperme... Pero no me recuerdas a él en absoluto, en realidad...-
¿Él?
Johan se estira un poco, corta algunos jazmines y toma algunas hierbas y ramas que hay en el suelo, teje con rapidez.
-Supongo que Issa mencionó eso porque sabe un poco de mi debilidad por los seres humanos, pero no es porque me recuerden a Josse... Te contaré un secreto Amanda-
Observo sus manos hábiles y pacientes tejer con agilidad.
-Los humanos son mis criaturas favoritas en este mundo-
Retiro mi vista de sus manos y miro su rostro.
Está sonriendo.
¿Cómo le pueden gustar los humanos?
Ellos iniciaron la guerra y provocaron que el mundo se colocara patas arriba.
Incluso yo misma... Sé que somos lamentables y despreciables... Pero intento confiar en que los que quedamos hemos aprendido algo.
Si es que quedamos más.
Me alejo de esa línea de pensamiento antes de deprimirme a mí misma de nuevo.
Elijo ser feliz un tiempo más.
Johan me mira, se ve realmente deslumbrante con esa sonrisa tan bella, el viento despeina un poco su cabello.
-Tú eres la única humana que desde que conocí me ha encantado en todo Amanda- Coloca una corona de jazmines recién terminada sobre mi cabeza –Eres tan especial que jamás me atrevería a mirar en ti a otra persona... No podría para empezar, en mis ojos, eres el ser humano más valiente del mundo, y te admiro por tu fuerza-
Mi sonrisa es tan grande que siento que el rostro me duele un poco.
Me acerco a Johan, y lo abrazo con fuerza.
La calma en mi corazón se extiende y me llena de alegría, la paz de este lobo es contagiosa.
Johan me abraza de regreso, y ejerce la fuerza justa en mi cuerpo, me transmite su calidez.
Puedo notar su aroma a combinación de té.
Realmente... Ya no creo poder sobrevivir sin mis tres lobos.
Todos son parte de mi corazón.
-Mi dulce aroma a jazmín- Susurra Johan, el viento trae sus palabras a mi oído de forma juguetona.
Y me siento bien con eso.
Por eso tomo la confianza de pedir un favor muy especial.
-Mandy-
-¿Mmm?-
Aprieto más a Johan contra mí.
-Mi familia... Me llamaba así, Mandy-
El lobo de pronto afloja su agarre, siento su cuerpo temblar un poco.
-Y yo... ¿Puedo decirte así?-
-Sí-
La risa de felicidad del lobo inunda mi corazón, termino por reírme junto a él.
La magia de aclarar las cosas...
Es maravilloso.
-Mandy... Mi dulce aroma a jazmines- El tono suave pero profundo de su voz hace cosquillas en mi corazón.
E.
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Casa de lobos
WerewolfSi te gusta soñar, pasa y entra... Cuando los humanos se enteraron de que había más especies sobrenaturales compartiendo el mundo, hicieron justamente lo que hacen los humanos. Destruir. Cegados por el miedo y la absurda necesidad de poder, atacaro...