Años habían pasado desde que los mortales admiraban a los Dioses las veinticuatro horas del día, suplicando por una vida llena de prosperidad.
Ahora, con la llegada de nuevas creencias, y tecnología avanzada, las nuevas generaciones habían perdido...
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Después de su gran aventura en GusuLan, todos estaban sumamente agotados psicológicamente y no tenían ganas de hacer nada. Por supuesto, Ling Wen no permitiría eso, y los reunió como siempre en la sala. Lugar en el que misteriosamente todos cabían.
Ahora, su nuevo tema para investigar entre todos, era encender el celular que YiZhen obtuvo clandestinamente. YiZhen observaba todo con una mirada perdida. - ¡Miremos un tutorial! - Gritó Pei Ming desde el suelo. Ling Wen accedió de inmediato y tomó su laptop en busca del tutorial.
El video era sumamente entretenido para "personas" como ellos. Esto definitivamente era más divertido que conquistar naciones, derrotar fantasmas o escuchar decenas de plegarias de sus devotos.
Cuándo el video concluyó, Ling Wen encendió el celular de YiZhen tal como en el video, con la atenta mirada de todos. El celular se encendió y todos los Dioses curiosos casi gritan de alegría. Deslizó su dedo en la pantalla y desbloqueó el celular. Como en el video explicaban, entró a la Play Store - Luego de haber conectado el celular a la red de Wi-Fi que de por suerte había en la casa, y la verdad es que la contraseña estaba pegada en una hoja en una pared - y dio una mirada furtiva. Llamó a YiZhen y él caminó hasta ella. - ¿Cuál te llama la atención? - Mostró el extenso catálogo de apps. YiZhen observó por unos minutos, y luego presionó en una app. - Oh... ¿se llama TikTok? Que nombre tan raro. - No cuestionó más la decisión de YiZhen, y le dio a la opción de instalar. Esperó pacientemente hasta que descargó por completo.
Luego entró a la app y aparecieron muchos videos. La app ya le daba instrucciones de que hacer, y Ling Wen estába agradecida con eso. Leyó las instrucciones personalmente para YiZhen y el grupo. Gracias al cielo YiZhen las entendió y empezó a jugar con la aplicación.
Ahora habían muchos dioses que lloriqueaban en sus asientos porque ellos también querían un celular. Ling Wen estába a punto de decirles que comprarían en algún momento, pero ya había sido interceptada por el dinero de YiZhen en su rostro.
Nuevamente empezó su labor y averiguó el precio regular de un celular, resulta que no costaban tanto según ella. Tomó el dinero que YiZhen le extendió, y calculó mentalmente el precio exacto de 63 celulares. Terminó de contar, y efectivamente el dinero que YiZhen le había dado era incluso más del que necesitaba. Podían comprar 13 celulares más con lo que sobraba.
A veces se olvidaba de que YiZhen tenía problemas de exceso de dinero...
Repartió el dinero a cada Dios y fantasma. Aunque Hua Chengzhu se había negado a recibirlo, un codazo de parte de Xie Lian, lo hizo cambiar de parecer, e incluso agradeció con una sonrisa dolorosamente falsa.
Ahora todos salieron casi corriendo de la casa en busca de tiendas, pero entraron tan pronto como se fueron. Nadie conocía las tiendas, y no sabían socializar.
Ahora fue turno de Pei Ming y YiZhen de salir a comprar.
Ling Wen temía por la reputación de esos dos. Pei Ming bien podría ser enviado a prisión por hostigar a las chicas, y YiZhen se podría perder en cualquier momento, pero nadie quería salir, y ella tampoco; así qué, enviarlos fue la única opción.
