¿por qué?
otra vez, la maldita pregunta.Te cruzó en el famoso barrio,
queres hacer como que no me viste pero yo te saludo, me sonreís así nomas y yo intento seguir caminando.
No sé en que momento tu mano agarro mi brazo, pero lo hiciste y de repente estabas delante mío...
"¿Ya sos feliz?" me preguntaste y mi sonrisa se borro.
¿Por qué?.Mis hombros se aflojaron y una cuchilla atravesó mi pecho, Me volviste a sonreír.
"Lu" Me llamaste, era loco porque yo quería desaparecer, quería irme pero algo no me dejaba.
"Vos misma me dijiste, solo es a ratos, así que..." Levante mis hombros y te reiste con cierta pesadez.
"La quemaste" Me afirmaste dolida.
Comencé a caminar y te volviste a interponer en mi caminó.
"Déjame por favor decirte esto, te juro que no te molesto más" Me dijiste suplicando con las manos.
Solo te mire para que digas hablando
"Perdón, perdón y perdón, de verdad perdón, a veces ya no sé más como sentirme en paz sabiendo que me convertí en ellos"
"¿En ellos?"
"Lu, yo no podía entender como es que te dañaban de la manera en la que lo hacían, yo no entendía porque siempre te fallaban sabiendo lo que sos" tomaste aire tratando de mirarme a los ojos " Y yo no me imagine jamás ser una de esas personas, siempre lo veía como algo imposible fallarte".
Tragué fuerte y sentí ese hormigueo en la panza que me hacía querer desparecer porque veía como algunas lagrimas se te estaban cayendo.
"Yo no quise hacerlo, pero lo hice, te fallé, te decepcioné y te lastimé... Te lastimé " repetiste y largaste una carcajada mientras te secabas las lágrimas "Suena tan irreal".
Me sentí perdida, mal y vergüenza de mi misma
"Hace mucho que te perdoné' Dije por fin, me miraste y por un segundo tu cara parecía esperanzada, pero rápidamente volvió al mismo semblante de mis tristeza.
"Ya no importa mi perdon, ¿no?"
Entonces ahora las lagrimas eran mías.
"Perdóname, aunque me esfuerce no voy a poder, no voy a poder confiar"
Y me abrazaste.
"Gracias... Me enseñaste muchisimas cosas y siempre voy a estar agradecida" me susurraste, yo me aleje un poco del abrazo y simplemente te bese la frente.
"Cuídate" Y comencé a caminar, ni siquiera sé si me dijiste algo pero a unos pocos pasos doblando la esquina mis lagrimas no paraban de caer.
Porque si, necesitaba que me pidas perdón pero yo no sé quedarme donde siempre voy a tener miedo de que me vuelvan a fallar.